Por: Raúl Pacheco Blanco
Horacio Serpa puede ser el gestor de una integración regional, que busque jalonar el progreso en estas etapas de globalización, que genera dos clases de fuerzas, una centrípeta, para recogerse en el desarrollo de sus máximas posibilidades y otra centrífuga, que proyecta hacia fuera, hacia los grandes mercados.
Y esa fuerza centrípeta no puede ser otra que la creación de la región del oriente, con los Santanderes y Antioquia para fortalecerse en su cercanía territorial.
Este proceso se encuentra estancando y precisamente siendo Horacio Serpa uno de los autores de la constitución del 91, es el llamado a activarlo, contando con su prestigio nacional y un liderazgo que ahora debe salir de la cápsula de partidos, para liderar otra clase de intereses.
Hemos visto que en su agenda de gobierno se contempla este programa regional, que en su momento planteamos desde esta misma columna y que ha recogido para su campaña convencido de la necesidad de llevarlo a cabo.
Ya el interés partidista debe ceder su empuje a esta nueva visión de región para que produzca una nueva mística. Es una tarea de estadista y pese a que los viejos tiburones de la política acechan, con hambre de sectarismo y de rapiña, vemos que Horacio Serpa está por encima, o debe estar por encima de ese asedio
Aquí no se trata de ganarle al doctor Tavera y al coronel Aguilar y al senador Gil, sino de rescatar el prestigio de un cargo que se ha venido a menos y en cumplir un programa de gobierno.
Serpa está llamado a cumplir el papel de Manuel Fraga Iribarne en España, quien luego de fundar el partido popular y aspirar a la presidencia sin fortuna, se fue a su Galicia natal y se convirtió en el jalonador de su progreso.
Si bien es cierto, Horacio Serpa cometió errores, como excederse en su lealtad hacia una persona tan cínica como Ernesto Samper y perdió por ello la posibilidad de ser presidente de la Republica, no por ello se le deben cerrar las puertas y negarle la oportunidad de encontrar aciertos.
Por eso vemos con buenos ojos que se canalicen tantas fuerzas dispersas entorno a un liderazgo que mire hacia adelante, con una clara perspectiva histórica, para que al mismo tiempo la santandereanidad sea motor de arranque, pero no punto de llegada, pues tenemos que salir del cascarón heredado, para abrirnos al mundo que ya nos tiene invadidos.
La vieja política debe quedar atrás y Serpa debe conformar un gabinete de trabajo, que sea como un auténtico gabinete ministerial.
Por eso también pedimos que en esta oportunidad se haga una pausa y no se vote contra alguien como ha sido tradicional, sino a favor de un proyecto o un programa de región.
Este es el voto de confianza para Serpa.
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domingo, 23 de septiembre de 2007
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1 comentario:
Estoy de acuerdo con el doctor Raúl Pacheco Blanco. La autoridad moral de Horacio Serpa a nivel nacional se vio violentamente mancillada debido a su vinculación con el gobierno de Ernesto Samper Pizano. Los vínculos con el narcotráfico de los ultimos mandatarios han sido aspectos demasiado perceptibles lamentablemente. Pero una persona como Horaci Serpa que por mucho tiempo fue un ciudadano de a pie, como tantos estudiantes que estamos a la expectativa de la vanguardia de ideas políticas buevas, merece una oportunidad, y esta es la ocasión en que los santandereanos debemos votar a favor del proyecto político del Doctor Serpa.
Diego Acelas.
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