POR: RAUL
PACHECO BLANCO.
El problema político actual de Francia no está en la lucha
entre la izquierda y la derecha, como en el periodo degaulliano y la posterior,
sino en la lucha entre las dos derechas: la de los Le Pen y la de Nicolás
Sarkozy. Esta clase de lucha no tenía antecedentes, pues bien sabido es que el
espectro político siempre ha sido
llenado por el patrón derecha e
izquierda. Una izquierda que dejó de ser lo que era cuando se derrumbó la Unión
Soviética y el muro de Berlín, al fracasar el modelo comunista que ofrecían los
marxistas. De ahí que se hubieran quedado sin discurso y cada partido de
izquierda tuvo que empezar a deconstruir
su nuevo discurso. Al haberse impuesto en Europa la socialdemocracia, permitió que las grandes masas se beneficiaran del
estado de bienestar y sirviera a su vez de vacuna contra el modelo comunista.
Como efectivamente ocurrió. Pero esa socialdemocracia que antes era de
izquierda, ahora es de derecha, porque significaba la inserción en el capitalismo.
Actualmente el presidente Francois Hollande pasa por un periodo bastante gris,
pues tiene un nivel de popularidad muy bajo y por lo tanto deja mal parada a la izquierda para las elecciones
siguientes. El no tiene la estatura de un Mitterand, por ejemplo, y llegó al poder por
la mala conducta de Dominique Strauss Khan,quien
estaba en turno para llegar a la presidencia, pero se vio envuelto en un lio de faldas que lo
dejó fuera de ser una alternativa para el socialismo francés. Así que como bateador emergente
entró Hollande. El a su vez, ha tenido suerte con las mujeres y se ha
llevado por delante a Segolene Royal, la madre de sus hijos y a la cual tiene
hoy de ministra en su gabinete, reemplazándola por la periodista Triweiler, de
la revista Paris Match, la cual fungió como primera dama de Francia, hasta que apareció la
Gayet, una artista de cine mucho más joven y la cual seguramente llegará al
Eliseo en su condición de primera dama, cuando los vientos de hayan calmado.
Eso desde luego para los franceses no demerita a nadie, pero su gestión ha sido
rechazada hasta por miembros de su propio partido.
En tanto que la derecha se ha posicionado en su lado extremo
con Marine Le Pen, la hija del legendario Jean Marie Le Pen, eterno jefe de la extrema
derecha. Y todo indica, que podría llegar a la presidencia, situación que fue evaluada por Sarkosy para volver a la
política y disputarle ya desde el centro derecha, al Frente Nacional de los Le
Pen la presidencia.
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