domingo, 7 de diciembre de 2014

EL CASO DE ALEMANIA


POR: RAUL PACHECO  BLANCO.

Para el general Charles De Gaulle  no existía Francia, sino estaba revestida en  el bronce de la grandeza, aquella aspiración a  alcanzar a plenitud  los  valores  humanos. En el sentido goethiano de la palabra. Ese fue el pilar del gaullismo : la grandeza de Francia y le dejó una lección de dignidad cuando se puso al frente de los ejércitos franceses y se convirtió en el héroe nacional, mientras que el mariscal Petain  enraba al ostracismo histórico. Pero en realidad de verdad,  al país que más le cabe esa definición de grandeza es a Alemania. Y eso tratándose de la bestia negra por aquello del antisemitismo y de los hornos crematorios de Hitler. Ese halo de grandeza lo forjó el mariscal Bismarck en el siglo XIX, cuando unificó a Alemania y la puso en el camino del progreso y del desarrollo social. El estado social de derecho, en ese caso el estado de bienestar, arrancó con él, quitándole las banderas a Fernando Lasalle, quien desde la izquierda pregonaba la mejora de las clases populares y para eso había necesidad  de valerse de una más fuerte intervención del estado, cuando era un  dogma del liberalismo la libertad absoluta del mercado. Luego vino la primera guerra mundial, cuando los aliados lucharon contra los imperios, entre ellos el alemán, en unión con el austrohúngaro y el otomano. Aquí Alemania estuvo entre los perdedores y lógicamente su economía se resintió. Pero no acababa de terminar la guerra del 14 al 18, cuando ya en los años treinta y en pleno auge de Adolfo Hitler y su nazismo, arrancó  con otro conflicto, aliado con el Japón contra Inglaterra, Francia, Rusia, Estados Unidos.  Se les llamó  en esa época el eje  y nuevamente Alemania salió derrotada, luego de pasar por una época de auge económico, para entrar en una crisis política que fue resulta electoralmente a favor de Hitler quien fuera elegido primer ministro. De ahí en adelante la historia es lo suficientemente conocida y terminó  con el posible suicidio de Hitler, al ver que ya estaba todo perdido. Entonces sumemos esas dos guerras mundiales, a eso agreguémosle la demonización del pueblo alemán por culpa del nazismo, para darnos cuenta de que un país así  prácticamente estaba destruido y su futuro estaba más que fracasado. Mas no fue así, pues si bien en un principio los alemanes fueron divididos en dos países, el oriental y el occidental, o el comunista y el capitalista, al caer el muro de Berlín, el nuevo gobierno de Helmut Khol se echó encima del peso del desastre económico de la Alemania oriental y reconstruyó la economía alrededor de la unidad. Y como si fuera poco, en menos de nada estuvieron al frente de Europa para crear la Unión europea y jalonar la nueva época. Hoy en día es la potencia dominante en el campo europeo y mientras en los demás países de la zona entran en crisis , empezando por Grecia, España,Portugal etc, la economía alemana, en base a la austeridad, logró la proeza de recuperarse . Hoy la señora Merkel, como expresión del pueblo alemán, es la líder indiscutible de esa Europa que ahora lucha para que no se les acabe la Unión Europea, de tan costoso diseño.

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