POR: RAUL PACHECO BLANCO.
Para el general Charles De Gaulle no existía Francia, sino estaba revestida en el bronce de la grandeza, aquella aspiración a
alcanzar a plenitud los
valores humanos. En el sentido
goethiano de la palabra. Ese fue el pilar del gaullismo : la grandeza de
Francia y le dejó una lección de dignidad cuando se puso al frente de los ejércitos
franceses y se convirtió en el héroe nacional, mientras que el mariscal
Petain enraba al ostracismo histórico.
Pero en realidad de verdad, al país que
más le cabe esa definición de grandeza es a Alemania. Y eso tratándose de la
bestia negra por aquello del antisemitismo y de los hornos crematorios de
Hitler. Ese halo de grandeza lo forjó el mariscal Bismarck en el siglo XIX,
cuando unificó a Alemania y la puso en el camino del progreso y del desarrollo
social. El estado social de derecho, en ese caso el estado de bienestar,
arrancó con él, quitándole las banderas a Fernando Lasalle, quien desde la
izquierda pregonaba la mejora de las clases populares y para eso había necesidad de valerse de una más fuerte intervención del
estado, cuando era un dogma del
liberalismo la libertad absoluta del mercado. Luego vino la primera guerra mundial,
cuando los aliados lucharon contra los imperios, entre ellos el alemán, en
unión con el austrohúngaro y el otomano. Aquí Alemania estuvo entre los
perdedores y lógicamente su economía se resintió. Pero no acababa de terminar
la guerra del 14 al 18, cuando ya en los años treinta y en pleno auge de Adolfo
Hitler y su nazismo, arrancó con otro
conflicto, aliado con el Japón contra Inglaterra, Francia, Rusia, Estados
Unidos. Se les llamó en esa época el eje y nuevamente Alemania salió derrotada, luego
de pasar por una época de auge económico, para entrar en una crisis política
que fue resulta electoralmente a favor de Hitler quien fuera elegido primer
ministro. De ahí en adelante la historia es lo suficientemente conocida y terminó
con el posible suicidio de Hitler, al
ver que ya estaba todo perdido. Entonces sumemos esas dos guerras mundiales, a
eso agreguémosle la demonización del pueblo alemán por culpa del nazismo, para
darnos cuenta de que un país así prácticamente estaba destruido y su futuro
estaba más que fracasado. Mas no fue así, pues si bien en un principio los
alemanes fueron divididos en dos países, el oriental y el occidental, o el
comunista y el capitalista, al caer el muro de Berlín, el nuevo gobierno de Helmut
Khol se echó encima del peso del desastre económico de la Alemania oriental y
reconstruyó la economía alrededor de la unidad. Y como si fuera poco, en menos
de nada estuvieron al frente de Europa para crear la Unión europea y jalonar la
nueva época. Hoy en día es la potencia dominante en el campo europeo y mientras
en los demás países de la zona entran en crisis , empezando por Grecia, España,Portugal
etc, la economía alemana, en base a la austeridad, logró la proeza de
recuperarse . Hoy la señora Merkel, como expresión del pueblo alemán, es la
líder indiscutible de esa Europa que ahora lucha para que no se les acabe la
Unión Europea, de tan costoso diseño.
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