domingo, 7 de diciembre de 2014

DORA BRUDER

POR:  RAÚL PACHECO BLANCO.

 La novelas de Modiano son otra cosa. Prima por encima de todo su originalidad. En esta nueva novela, la historia de Dora Bruder, llega uno a desesperarse porque el personaje no cuaja, no llega, no aparece. Y solo se van recogiendo brumas de su sombra. Inclusive llega uno a pensar que eso  no es novela, sino simple investigación periodística. Además el lenguaje tampoco le ayuda porque su parquedad es tan exigente y  antiliteraria, que no hay  construcción de frases, no hay metáforas, tal como lo quería Cortázar. Todas las novelas de Modiano son cortas, mientras que Joyce Carol Oates, la novelista norteamericana, no se baja de las seiscientas páginas. Esta apenas es un poco más de cien páginas. Todo comienza con un aviso de prensa en tiempos  de la ocupación alemana, cuando aparece en un diario la foto de Dora, quien se ha fugado y su familia la busca. Y Modiano se interesa por saber cuál  fue su surte y escarba aquí y allá, Va al sitio en donde ella vivía, se informa en los archivos sobre su paso por las autoridades que la perseguían por ser judía y se toma como símbolo de esa persecución judía, que terminaba en los hornos crematorios de Auschwitz. Trae el caso de otras personas, también judías, a quienes se les persigue. Dora Bruder aparece y desaparece. De ella solo nos llegan los rasgos de su fotografía en el periódico, pero  no llegamos a saber nada sobre sus rasgos personales, su  figura, su temperamento, sobre su forma de ser, de comportarse. Sigue siendo la misma sombra que atraviesa todas las páginas. Solo cuando se llega al final  se da uno  cuenta de que lo único que le quedaba a Dora, era su dignidad, envuelta en el secreto de su vida, que no podía llegar a revelarse porque perdía su valor. Modiano nos da una idea de lo que es el secreto, de su naturaleza misma. De ahí que esta novela sea una novela por omisión, en donde el personaje central no aparece porque perdería la esencia de la novela, que es la de llevarnos al fondo de lo que es un secreto: es decir, que no puede revelarse y contra el cual ni siquiera las autoridades de la ocupación pudieran estrellarse.  Ella se llevó a la tumba el secreto de su vida, como el don más preciado que no pudieron quitarle. En su estructura la novela se parece al castillo de Kafka, en donde gira la narración alrededor del castillo, pero no se penetra  en él. Su imagen queda flotando. Aquí también Dora Bruder queda flotando y la  novela convierte el secreto en el tema central. Como el castillo de Kafka, Dora Bruder es impenetrable.

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