viernes, 23 de agosto de 2013

“ LA PRIMAVERA ARABE.”


 POR: RAUL  PACHECO  BLANCO.

Los periodistas occidentales han analizado el fenómeno de la primavera árabe, empezando por  el nombre, con un criterio netamente occidental y sobre todo, europeo. Y hacen el análisis del  atraso  en que se encuentra el oriente con relación a occidente, al señalar que  los pueblos árabes no han salido de la Edad Media ,  y se estacionaron  en ella, con la carga de gobiernos y residencia del poder en la religión.  Y ven la primavera árabe como  el comienzo de la edad moderna, como una especie de revolución francesa, para permitir que de los viejos esquemas de monarquías  y de autoritarismo se llegue a la democracia , tipo occidental.  Es decir, se viene al suelo el viejo orden monárquico de los Luises y se abre el abanico de la democracia, en que la tridivisión del poder va a ser una constante, en que el equilibrio de los poderes, la garantía de los derechos humanos , la existencia de partidos políticos dentro de un pluralismo clásico se impondrá. Lo mismo que un estado laico. Esta no es la realidad. Es el viejo vicio europeo de ver todos los fenómenos mundiales  como si se tratara de hechos que ocurrieran en Francia u otro país de Europa y no en una civilización muy diferente que se rige por pautas muy distintas.  Tomemos el caso de Irán, también en el oriente medio , que bajó del gobierno  al Sha de Persia e inició  una seguidilla  de gobiernos, no de   jacobinos  ni girondinos , sino de  patriarcas religiosos. Y se instaló  el gobierno con una constitución, en donde aparecen los tres poderes y las demás estructuras del estado, pero no bajo el régimen liberal con que sueñan los analistas , sino dentro de un estado teocrático. Se elige el jefe de gobierno, pero el jefe del estado, que está por encima, es un jerarca religioso, que viene por la gracia divina.  Eso para una mentalidad liberal es insoportable, por que el poder viene del pueblo y el pueblo es el que decide por medios democráticos. Y echan de menos la revolución inglesa del siglo XVI I. Para ellos se debe dar todo el chorizado : edad media, renacimiento, revolución inglesa, revolución francesa, revolución bolchevique , socialdemocracia. De lo contrario no les sirve y tienen que enderezar las cosas, y si es preciso, utilizar la fuerza, pero la democracia es la democracia . Y ahí entra también en el juego Estados Unidos. Por eso cuando empieza el ciclo revolucionario  en los países árabes, los periodistas  occidentales se adelantaron a batir palmas porque por fin  abandonaban la edad media y se entraba  en la democracia. Y al fin y a la postre, como vemos en el caso egipcio, tras de la caída de Mubarak no vino la democracia, sino un gobierno presidido por los hermanos musulmanes, quienes llegaron al poder para instaurar un gobierno igualmente dictatorial y exclusivista, sin  que se viera por el forro la democracia. A tal punto, que fue depuesto por los militares y ahí sigue el proceso sin saberse ha ciencia cierta en donde desembocará.  Por tanto, debemos mirar estos procesos con una óptica abierta y no con preconceptos nacidos de una experiencia i totalmente diferente. Los pueblos árabes y orientales no obedecen a una dialéctica occidental, con etapas previamente establecidas, sino que  tienen  su propia dinámica. Y hay que aceptar, que lo religioso se impone por encima de lo político y que si queremos armonizar con ellos, debemos aceptar la forma en que asumen su proceso, así sean  unas teocracias  y no  unas democracias.

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