miércoles, 8 de junio de 2011
¿ LA UNION EUROPEA UN INTENTO FALLIDO?.
POR: RAUL PACHECO BLANCO.
La unión europea es producto de una ambición de largo alcance : volver a su antiguo poderío, cuando los países, cada cual por su lado, imponían el orden, las ideas, y el estilo de vida a las demás naciones del mundo, bien fuera bajo el punto material, como bajo el punto de vista intelectual, tanto el colonialismo como la música, el arte, el deporte, el constitucionalismo, la literatura. Y allá se hacían las guerras mundiales. Por allá pasaba, como dice la frase de cajón, el meridiano del mundo. Pero el tiempo fue pasando y los Estados Unidos los desplazaron de ese papel dominante, para quedar convertidos en simples espectadores de una historia que estaba haciendo los Estados Unidos. Entones los pensadores fueron los primeros que pusieron el grito en el cielo. Un qué hacemos surgió de pronto para llevarlos hacia una solución que les devolviera ese papel que ocupaban. José Ortega y Gasset por allá en los años veinte del siglo pasado, escribió un ensayo enderezado precisamente a poner el dedo en la llaga , llegando a la conclusión que no había otro destino para realizar que la Unión. Y en eso coincidieron pensadores, economistas, industriales. Empezó el diseño y se puso manos a la obra. En ese proceso demoraron cincuenta años. Pasando de una simple unión metalúrgica a la económica, para luego seguir con la política. Cada conquista en cada uno de los ángulos fue dolorosa, lenta. Había que limar asperezas de viejas guerras, sobre todo entre alemanes y franceses. La mayor conquista : la moneda única, el euro. Pero se les quedó por fuera la Gran Bretaña, quien prefirió seguir con su moneda propia y parece que le ha ido mejor. En donde si no han podido es con la constitución única, en organizarse ya como una sola entidad territorial, pero con personalidades propias, como quería De Gaulle, la Europa de las patrias. Y ahí si encallaron. Luego de aprobar una primera carta constitucional, de difundirla por el mundo, de editarla en todos los idiomas del mundo, el proyecto se les vino al suelo. Y se devolvieron las cosas a su sitio. Y hasta el momento no han podido superar ese bache.
Pero de otra parte, hemos visto como ese esfuerzo que ha costado tanto trabajo, tantos desvelos para tantos, no ha cosechado los frutos que se buscaban .Por una parte, Europa no ha recuperado ese poder dominante. Antes por el contrario, hemos visto naciones de tanto rango como Inglaterra, han devenido en simple comparsa de políticas de Estados Unidos, como lo fue en la época de Tony Blair y de Bush. Ya se sabe que la gran potencia, la potencia dominante del futuro lo va a ser China. Que su idioma ya lo están aprendiendo hasta los bebes gringos, que su comercio está dominando el mundo, para bien, porque ha abaratado la ropa, el calzado, y muchos rubros más, que antes se compraban a precios exorbitantes porque eran extranjeros. Y ven con cierto desgano cómo emergen otras potencias como India, Brasil, sin tanto esfuerzo, sin tanto despliegue. Y en forma individual. Esto a su vez debe generar un replanteamiento en los proyectos de latinoamérica que buscaba el mismo destino y se miraba en el espejo europeo para seguir sus pasos y diseñar el futuro como ellos. Estábamos copiando todos sus pasos. En nuestras constituciones existe una cláusula de darle juego a la idea de la unión latinoamericana como único destino, abonada la idea además, con el respaldo del pensamiento de nuestro Libertador Simón Bolívar. Pero ante este hecho y, los hechos son tozudos, es bueno que miremos si hay necesidad de rectificar esa visión y darle un viraje para encontrar tal vez en uniones regionales el sostén de bloques de países, en lugar de embarcarnos en la unión. Hemos visto también países como Grecia no pueden solucionar sus problemas porque el cuello de botella del euro no los deja respirar. Hay necedad pues, de repensar esa decisión que está plasmada en casi todas las constituciones de los países latinoamericanos : la unión latinoamericana.
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