lunes, 6 de junio de 2011

EL CASO DSK Y EL DERECHO DE IGUALDAD.

POR: RAUL PACHECO BLANCO.

Está para alquilar balcones el debate entre norteamericanos y franceses sobre el caso de Dominique Strauss- Kahn , quien accedió sexualmente, en forma violenta a la camarera africana de un hotel Neoyorkino. Y el debate se centra sobre lo que unos y otros entienden por igualdad. Para los franceses el derecho de igualdad está en el tratamiento que se le debe dar al acusado que debe ser respetuoso y adecuado a su categoría económica y social. En el caso de Dominique Strauss-Kanh la justicia norteamericana no ha debido tratar al acusado en la forma en que lo ha hecho : capturarlo en un avión y hacerlo regresar. Y luego trasladarlo esposado como cualquier narcotraficante o elemento peligroso. Y no admitirle su presunción de inocencia. Además, someterlo al escarnio de la opinión pública y de los medios de comunicación. Todo esto ha debido demorarse hasta tanto no se encuentren pruebas suficientes para condenarlo, cuando no haya dudas sobre su responsabilidad. Entonces sí proceder con la energía y dureza del caso. Además, se debía tener en cuenta que se trataba de una personalidad internacional a la cual le debía mucho la comunidad y sobre todo, los países pobres, con sus políticas orientadas desde el Fondo Monetario Internacional, para aliviar su situación . Con el valor agregado, que se trataba del futuro de Francia, pues todo indicaba que él sería el próximo presidente de los franceses, debido al desgaste del régimen conservador de Sarkosy . No se trataba de cualquier hijo de vecino y menos de un hampón de barrio. En tanto que los norteamericanos le ponen el acento al tratamiento igualitario que se le debe dar al acusado , bien se trate de una modesta camarera de un hotel o un flamante presidente de un organismo internacional. Pero la justicia norteamericana procedió con toda la prontitud y eficacia posibles , a tal punto que en menos de nada interrogaron a la ofendida, practicaron pruebas en el apartamento en donde sucedieron los hechos, encontraron pruebas de semen que inmediatamente fueron enviadas a laboratorio para su análisis y comprobaron la certeza de las acusaciones de la camarera, que ni siquiera sabía quién era ese señor y la importancia que tenía. A partir de ahí, la justicia empezó a proteger a la ofendida y no al acusado. Cuando la policía resolvió detenerlo antes de que volase a Paris, ya había reunido pruebas suficientes sobre la responsabilidad de D:S:K y se necesitaba la presencia inmediata del acusado, para preservar evidencias.
Sin importarle, desde luego, lo que dicen los franceses que al acusado no se le debe dar un trato humillante, como se lo dieron a D:S:K llevándolo esposado y capturándolo cuando aún no estaba condenado. Además, la moral puritana que se impone en Estados Unidos no permite ninguna clase de deslices en materia sexual y , menos si la persona es casada, pues le debe lealtad a su pareja. Quien realice un acto de estos se ve sometido la dureza de la ley y al rechazo de una sociedad que se basa en valores familiares.

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