POR: RAUL PACHECO BLANCO:
Si esto lo hacen los mejores historiadores del país, ¿ qué se puede esperar de los demás, en cuanto a imparcialidad y honestidad para analizar la historia y dar sus conceptos?.
Se reunieron unos historiadores, todos de la misma filiación política y se plantearon analizar cuáles habían sido los mejores presidentes de nuestra historia. Y escogieron un cuestionario que tiene que ver con la ideología de ese mismo partido. ¿ Qué podría salir de allí?. Pues presidentes que obedecen al talante de ese partido| y por eso fueron colocados en lugares preferentes por ese solo motivo. Es decir, casi en lenguaje coloquial, los más juiciosos con las instituciones y entonces escogieron a los dos Lleras y a López Pumarejo y a continuación casi todos de la misma filiación política. Y le negaron ese primer puesto a Simón Bolívar y a Santander lo colocaron más abajo de los Lleras. Y dejaron por fuera a presidentes que fueron más importantes, llenaron más espacio y transformaron más a Colombia que los ganadores, como lo fueron Rafael Núñez y Rafael Reyes, lo mismo que Pedro Nel Ospina. Nadie discute sobre el primer gobierno de López que efectivamente modernizó el país y lo puso a tono con la época, sobre todo en materia social. Pero ya el caso de los Lleras si es muy discutible. Porque si bien Alberto lleras Camargo impulsó un cambio institucional que le devolvió la paz al país, fue en una estrategia conjunta con el ex presidente Laureano Gómez y antes de que hubiera sido presidente. Su gobierno fue común y corriente, solo que gozaba de muy buena prensa y de muy buena imagen, pero su gobierno, no creo que pueda llegar a constituirse en el mejor de todos. Fue superior el de su sobrino Carlos, pues éste al menos tocó la constitución, la modernizó y el manejo de la política económica fue excelente. Que fuera malo el gobierno de Laureano Gómez nadie lo discute porque ciertamente no era sostenible, no llegó a tener ni siquiera gobernabilidad y se embocó en un proyecto extemporáneo de gobierno corporativo ya en desuso. Pero dejar por fuera a Núñez, Reyes y Ospina , si es demasiado sectarismo, o hasta ni de pronto sectarismo, si no de una visión muy parcelada de lo que debe ser un presidente de Colombia. Me hace recordar una anécdota de una vez que organizamos un seminario con los alcaldes de Santander y se reunieron todos, escuchando conferencias y demás. Al final del curso, comentando con alguno de ellos le dije que me parecía un buen alcalde fulano de tal . Y me contestó lleno de envidia : si, pero él no entiende bien la noción de la asociación para delinquir.
viernes, 3 de diciembre de 2010
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