viernes, 12 de noviembre de 2010

EL HOLOCAUSTO DEL PALACIO DE JUSTICIA

POR: RAUL PACHECO BLANCO:

Un veterano periodista e investigador de nombre Alberto Donadío, acaba de publicar un interesante libro sobre lo que fue la toma del palacio de justicia por la guerrilla y la consiguiente reacción del gobierno de turno. El libro es un homenaje a Alfonso Reyes Echandía, sacrificado en el Palacio, por cuenta de la guerrilla. Divide muy bien el trabajo periodístico presentando primero los argumentos que se han alegado para justificar la acción del gobierno de Belisario Betancur, para entrar luego a rebatirlos, con los argumentos de la parte contraria. Además, presenta una visión de lo que fue el jurista inmolado, visto por sus hijos y por otras personas. Y viene su publicación en buena oportunidad para continuar el debate en torno a semejante hecho, que polariza la opinión pública. El atentado al palacio de justicia y el sacrificio de parte de la Corte, tiene dos etapas bien delimitadas : la primera, tiene que ver con la toma del palacio por parte del M19 y la consiguiente reacción del ejercito contra el acto que se estaba realizando. Y la otra, cuando ya estaban en pleno combate y el ejército logró sacar vivas a unas cuantas personas, cosa que se pudo ver en los videos de la época. Y esas personas que se lograron rescatar, luego no aparecieron. Son dos hechos por lo tanto, con su propia identidad penal. En cuanto al primero, bien se pudo ver que el M19 quería hacerle un juicio al presidente Betancur, ahí y ahora, en el palacio de justicia, contando con la colaboración de la Corte, para que fuera ella la encargada de dar el veredicto. Cuando Alfonso Reyes llamaba por teléfono para que cesara el fuego, a él lo tenía encañonado la guerrilla y le exigían que pidiera el cese al fuego. En ese momento, la Corte, por más Corte que fuera, se encontraba desarmada e inerme ante los guerrilleros armados hasta la coronilla. Ese era el marco dentro del cual , el presidente debía atravesar la plaza de Bolívar y ponerse a órdenes de la justicia para su juzgamiento. ¿ Qué solución conforme a derecho podría salir de allí?. ¿ Que libertad tenia la Corte para decidir? ¿ Qué tal un juicio hecho por la Corte ahí con la espada de Damocles de la guerrilla?. El Presidente tenía el deber de velar por la recuperación del palacio de justicia. Y lo hizo a sangre y fuego, porque ese era el reto. Lo contrario, habría sido una claudicación, como lo fue la de Alfonso Reyes, cuando ha debido asumir una actitud esa si enmarcada dentro del derecho : exigir respeto a la guerrilla para la juridicidad, pasara lo que pasara. ¿ Porqué no lo hizo?. Esa es la pregunta inquietante que queda flotando en el aire como un inri sobre su memoria. En cuanto a la segunda parte, la orden que daba el presidente era la recuperación del palacio, pero no la desaparición de personas. Luego si hubo desaparecidos, los militares son los responsables, como en el caso ya juzgado del coronel. Plazas .El libro de Donadío en todo caso, es un buen aporte a la discusión de un tema tan neurálgico y de tanta actualidad. como este del holocausto del Palacio de Justicia.

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