jueves, 1 de octubre de 2009

CONSTITUCIONALISMO DESECHABLE
POR: RAUL PACHECO BLANCO:

Al derecho constitucional se le está exigiendo una inmediatez, que lo está destruyendo.
Antes se aprobaban cartas constitucionales para que se consolidaran en el tiempo, se instituían cláusulas pétreas para lograr que determinadas instituciones se preservaran y no se las llevara el turbión de los acontecimientos. El mayor mérito de una carta constitucional, era su permanencia en el tiempo. Como la norteamericana, que escasamente tiene enmiendas, lo mismo que la mexicana que viene del año de la revolución ( l.9l0). Aún la argentina, que vino a consolidarse luego del pacto de Olivos entre los partidos peronista y Unión Cívica Radical. Igualmente la colombiana de l.886. Pero ahora las exigencias con la constitución son mayores. Se le está exigiendo un marco muy reducido en el tiempo, de tal manera que no incomode a la siguiente generación . Entonces, la legitimidad de una constitución se vuelve cosa de días, de horas, de minutos. Debe regir únicamente para los que se acogieron a ella en un momento dado, a sus autores, porque de lo contrario, ataría el poder constituyente a fuerzas del pasado, que ya no tienen relevancia. Lo acabamos de ver en el caso de Honduras, donde no obstante existir una constitución, con cláusulas pétreas alrededor de la no reelección, se estaba desconociendo su validez, porque venía en camino una nueva legalidad, encarnada en el presidente Zelaya, que quería repetir periodo. La validez de la constitución vigente, se ponía en tela de juicio aún por fuerzas de tipo constitucional, porque consagraba cláusulas pétreas que ya se consideran obsoletas. Se busca que la legitimidad de una constitución alcance solamente para el gobierno que la aprobó , porque es el garante de su eficacia y vigilante de su existencia . Pero una vez que termine el gobierno, la constitución queda en el aire, buscando la aprobación de una nueva legitimidad. Una constitución, se viene a convertir en un producto industrial. que para impulsar nuevos mercados, se rebaja la calidad de sus productos a efecto de que duren muy poco y haya necesidad de volver a comprarlos. Son los productos desechables, que son casi para una sola postura en lo que se refiere a la ropa y así sucesivamente. Si analizamos el constitucionalismo latinoamericano, veremos que la constitución de Venezuela se va modelando a medida que el poder de Chávez se va consolidando, en la búsqueda de un nuevo orden revolucionario. Igual sucede en Ecuador, en Bolivia. En Colombia, la constitución se ha tenido que acomodar al querer del gobernante de turno, que garantizará su eficacia mientras esté en el poder. Pero luego de él, se mandará a freír espárragos. Así que se está destruyendo el derecho constitucional y retornaremos al imperio de la ley, que es más elástica para su manejo por parte del poder y de menores condiciones para su aprobación en el Congreso. En Latinoamérica solo se ve solidez en materia constitucional, en México, Argentina y Chile, Uruguay. Brasil Lo demás, está sujeto al gobernante de turno, al impulso de un constitucionalismo que rija solo el tiempo que lo hace un pañal desechable. En estas condiciones, le esperan días difíciles al constitucionalismo latinoamericano. Como lo dijo muy bien Tulio Chinchilla ( El Espectador, 25- IX-09 ) “ El problema se plantea también en términos de tensión entre soberanía popular y constitución ¿ cuál de los dos debe tener prevalencia?”.

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