domingo, 26 de octubre de 2008

LA TRILOGIA DE NUEVA YORK.



POR: RAUL PACHECO BLANCO.

Paul Auster , el novelista norteamericano, viene en rescate de la novela policiaca, en esta obra que engloba tres novelas : Ciudad de Cristal, Fantasmas y La habitación Cerrada.
Pero todas tiene un hilo conductor que es el suspenso, en un trabajo detectivesco que le sirve para mantener al lector cocido al libro y para entrar en el interior de los personajes, que no necesitan ni nombre, como es el caso en Fantasmas, donde Blanco, Azul y Negro, son los personajes centrales, pero que sin embargo el novelista aborda hasta quedar definida su individualidad.
Le hace a uno recordar a Dostowiesky o a Stefan Zweing a veces.
Su estilo es el relato cerrado, sin abrirlo en escenas, sin permitir mucho diálogo, para que fluya la magia del escritor omnisciente, que esta en todas partes y teje el hilo de la acción y el desenvolvimiento de los personajes, sin tropiezos.
La escena y sobre todo el diálogo, frenan un tanto la narración, aunque la hacen más vívida, más actual.
Los escritores norteamericanos siempre se han caracterizado por lo desnudo del lenguaje, sin el ánimo preciosista de los autores europeos y sobre todo latinoamericanos, en donde casi lo fundamental viene a ser el lenguaje.
Pero sin duda la novela más corta, Fantasmas, es la que se llena de misterio y sobre todo de suspenso, como las películas de Hichkok, a tal punto que el lector se va como en una pendiente en donde no lo para nadie.
La Habitación Cerrada es la historia de un escritor que se llena de escepticismo en cuanto a la creación literaria, como en cuanto en la relación de pareja y luego de producir una abundante obra la deja al garete, lo mismo que a su pareja y decide volver sobre sí mismo, retrayéndose, aislándose , para tratar de buscar su punto de equilibrio, mientras decide escribirle a su amigo de la infancia y su permanente amigo, para que se haga cargo tanto de la obra, como de su señora. Y se produce lo inevitable, la atracción del amigo hacia su esposa y el amor. Y no solamente eso, sino que se publica la obra y se convierte en un éxito total, que le viene a servir para atender las necesidades del nuevo hogar que se ha conformado entre la esposa y el amigo.
Deja pues, un sabor de frustración que en mucho tiene que ver con la suerte de los escritores y su obra.
Auster ha creado toda una escuela literaria y es el novelista de mayor proyección en Norteamérica, uniendo la técnica del relato con la originalidad en el tratamiento de los temas.

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