sábado, 15 de diciembre de 2007

ENTRE CHAVISMO Y BETANCURISMO

POR: RAUL PACHECO BLANCO


El fenómeno Chávez no se ha dado por generación espontánea.
No hace falta sino pasearse por la historia de Venezuela para darse cuenta de cómo la tendencia hacia la concentración del poder se ha dado como flor silvestre, no obstante la existencia de otra corriente de tipo liberal que ha querido convertir a Venezuela en un país democrático.
Si queremos encarnar esas dos tendencias, podríamos decir que es el juego entre el chavismo y el Betancurismo. Tomando como símbolo de la tendencia liberal a Rómulo Betancur, el fundador de uno de los grandes partidos venezolanos, Acción Democrática.
La tendencia autoritaria se remonta a los albores de la republica y tiene en el general José Antonio Páez un representante genuino, como quiera se impuso entre los años de 1830 y 1847, tomando auge su dominio precisamente a la muerte del Libertador ..
No le costó trabajo a José Tadeo Monagos para continuar el estilo de gobierno de Páez, disimulado con cierto aire constitucional, a partir de 1847 y forzar la modificación de 1857 para poder hacerse reelegir antes de terminar su periodo presidencial, como lo sostiene Manuel Alcántara Sáenz (Sistemas políticos de A.L, Tecnos, 1999, Pág. 485).
Monagas gobernó de 1847 a 1851 y de 1855 a 1858.
Claro está que hubo intermedios en que se manifestaba la otra tendencia, pero bien pronto afloraba de nuevo el autoritarismo, representado ahora en otro de los grandes, Antonio Guzmán Blanco, quien afianzado en el ejercito gobernó entre 1870 y 1877, para volver en 1833 y salir en 1888, ya finalizando el siglo XIX, que como podemos verlo, fue ampliamente dominada por el autoritarismo.
E iniciando apenas el siglo XX, apareció la figura más prestante de ese estilo de gobierno, el general Juan Vicente Gómez, quien pasó no solamente a la historia, sino a la leyenda y a la literatura, porque fueron 37 años de dominio , tiempo suficiente para una monarquía como la tuvo Brasil con la Casa de Braganza durante casi todo el siglo XIX.
Bien sabemos que este estilo de gobierno se cuida muy bien de rodearse de mecanismos legales, para dar la apariencia de un régimen de derecho, como ocurrió con los partidos fascistas europeos, que puede ser a nivel de constituciones, a manera de mascarones de proa para encubrir el poder personal, y ese fue el caso de Juan Vicente Gómez, manejando una carta constitucional a su antojo , al mejor estilo del general Reyes en Colombia.
Y en los años cincuenta del siglo pasado , a tono con lo que ocurría en el resto de Latinoamérica, cuando el caudillismo militar vino a suplir las fallas de los partidos , que como podemos verlo es recurrente, llegó al poder el general Marcos Pérez Jiménez ;haciendo compañía a esa galería de dictadores militares con la cual se han engolosinado nuestros novelistas , porque cada pais tiene el suyo, y que le ha dado pie a Miguel Angel Asturias, Vargas Llosa, García Márquez, Roa Bastos y Alejo Carpentier, para crear sus grandes novelas.
En el 58 se cerró el ciclo y coincide precisamente con el pacto de Punto Fijo, cuando los fundadores de los grandes partidos democráticos, Rómulo Betancur, Rafael Caldera y Jóvito Villalba , decidieron optar por la alternación democrática en el poder.
A partir de ahí, surgen los gobiernos de nuevos líderes , ya imbuidos de otros criterios con relación al manejo del poder , como es el caso de Raúl Leoni, Luis Herrera Camping , Carlos Andrés Pérez, además de los ya citados, representantes indistintamente de los partidos Acción Democrática y Copei..
Pero bien es cierto y, tambien hay que decirlo, los partidos hacen crisis, tanto por cansancio del electorado, como por la corrupción política , que propicia el surgimiento del autoritarismo , por los lados de las Fuerzas Armadas, cuando surge el coronel Hugo Chávez, quien trató de dar un golpe de estado en l.992., pero sin que lograra cuajar.
Chávez siguió insistiendo en su afán de llegar al poder y fue así como en l.998 logra tal aspiración mediante elección popular, en la misma forma en que llegaron Benito Mussolini y Adolfo Hitler .
Ahora ya el coronel es un general de tres soles en el juego de la política, haciendose reelegir y tratando de impulsar el socialismo, diseñado a escala del modelo cubano, y tratando de imponer la presidencia vitalicia, como lo hizo el doctor Francia en Paraguay, en el siglo XIX.
Como podemos verlo, después de este corto recorrido histórico, la aparición de Hugo Chávez no es algo exótico en el mundo político venezolano, sino que obedece a una tendencia histórica , de vieja y recurrente data, rota apenas con el pacto de Punto Fijo , cuando se quisieron sentar las bases de gobiernos democráticos, con libertades individuales garantizadas , separación de poderes, y elecciones abiertas a los partidos.
Y a estas alturas, la opinión pública venezolana sigue dividida en esas dos tendencias, la chavista y la betancurista, representada ésta en la oposición y que puso en jaque el poder de Chávez al negarle la aprobación de su constitución socialista, en tránsito hacia el marxismo-leninismo, buscando casar institucionalmente con la cubana de Fidel Castro.

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