jueves, 31 de mayo de 2018

LAS PRESIDENCIALES DE 2.018.


POR: RAUL PACHECO BLANCO

 
El resultado de las elecciones presidenciales da para toda clase de análisis. Por ejemplo, uno estaba convencido que el país tradicional se estaba expresando a través de German Vargas Lleras, pues cuando empezó la competencia tanto las encuestas como la opinión pública abstracta lo daban como  seguro ganador, dado el hecho de pertenecer a una dinastía política, con dos familiares suyos en la presidencia y con factores de poder a su favor, como la maquinaria oficial.

Pero no fue así, el país se expresó en una forma diferente: quien se impuso fue un joven político como Iván Duque, que si bien es cierto pertenece a una familia muy tradicional de Antioquia y tiene antecedes familiares en la política, en alguna forma representa al país nuevo.

Vamos por partes. El total del electorado no es de él, pues representa a un partido político como el Centro Democrático de Alvaro Uribe en una coalición con el expresidente Andrés Pastrana, que luego se desbordó y amplió su radio de acción hasta conseguir un triunfo como el del domingo que lo pone a las puertas de la presidencia. El pueblo en forma masiva  le dio un voto de confianza al personaje por sí mismo, a Iván Duque, como entidad política. Lo cual tiene que entrar a demostrarlo, dirigiendo el gobierno que seguramente presidirá.  

Y además hay que decirlo, en esta coyuntura se organizaron las fuerzas de la derecha y de la izquierda, ya no estaba en juego el poder de los partidos liberal y conservador, pues tanto el uno como el otro se dividieron y dan lugar a pensar, o en su desaparición o comienzo de eclipse. Error. Tanto el liberalismo como el conservatismo tienen un fuerte bloque parlamentario. Así que la derecha y la izquierda tomaron partido y se aglutinaron alrededor de Duque y de Gustavo Petro.

 Ahí surge otra cuestión y es el hecho inusitado del crecimiento de la izquierda en esta oportunidad. ¿Se debió a la coyuntura o al mérito personal de Petro, que supo liderar la tendencia? La coyuntura establece por una parte, que fue esta la primera oportunidad en que la guerrilla no interviene en las elecciones, como sucedía  cuando estaba en armas y su sola posición de combate hacía que el país se volcara hacia la derecha.

 Pero ahí estaba el partido de la Farc que también es la izquierda pura y no pudo con el proceso electoral explotando apenas se iniciaba. La situación en este aspecto tiene dos caras: la una positiva para la izquierda con el avance de Petro, pero la otra negativa ante el rechazo que tuvo el candidato de las Farc que no le permitieron terminar el proceso electoral.

¿ Nos está diciendo este resultado que la fuerza demostrada por Petro es una tendencia que ya se expresó a nivel latinoamericano y que tiene en vilo a países como Brasil, Argentina, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua? Y que por lo tanto falta Colombia por quemar esa etapa y hacia allá nos enderezamos así sea más adelante  no en esta oportunidad?

De lo que si podemos estar seguros es que si bien es cierto las fuerzas se alinearon a la izquierda y a la derecha, el meollo de toda la cuestión está en la posición del país ante el proceso de paz.

Las fuerzas que están detrás de Duque corresponde a toda esa tendencia que se expresó a través del no en el plebiscito y la tendencia de izquierda, en este caso Petro, no solamente encarna las viejas fuerzas populares y de tradición izquierdista, sino el apoyo al proceso de paz.

Por eso De la Calle terminara alineándose con  Petro así no case con sus ideas en el resto de cosas.

Pero de otra parte, se expresó otra clase de opinión que ya sale del esquema izquierda y derecha, como para terciar al centro, con la candidatura de Fajardo, la cual dio expresión a otros sectores  que hacen una tercería muy sana.

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