jueves, 3 de mayo de 2018

EL PROBLEMA DE LOS PARTIDOS ESTÁ EN LOS EXPRESIDENTES


POR: RAUL PACHECO BLANCO

Los partidos contemplan en el momento actual, problemas tanto de estructura como de coyuntura. Entre los primeros está la falta de ideología, por cuanto los grandes metarrelatos que nutrían a los partidos, el fascismo y el socialismo entraron en crisis, se derrumbaron por su propia naturaleza.

 Y entre los de coyuntura no se puede negar que uno de ellos pasa por los expresidentes. Cuando empezó la racha de presidentes jóvenes, al terminar el mandato de Virgilio Barco, esto es, Cesar Gaviria, Ernesto Samper, Andrés Pastrana y Alvaro Uribe, se veía venir esta crisis de interferencia en el manejo de los partidos.

Porque aquí no elegimos un presidente para cuatro años, sino un monarca para ocho años, luego de sucesivas reformas a la reelección. Así que tan pronto terminan  sus periodos los presidentes salientes, se dedican a hacer política, teniendo en cuenta que están todavía muy jóvenes y tienen todavía mucha vida por de delante para quemar en la mejor forma.

Y desde luego, dentro de los partidos también existe la tendencia de sentirse ligados a su propio partido por medio de los expresidentes. El expresidente es un ser incontrovertible, no sujeto ya al espacio y al tiempo de los demás, sino con un destino histórico que traspasa toda clase de barreras. El expresidente es el encomendero de las viejas épocas, el cacique de las anteriores y así sucesivamente.

 Por eso, tanto en el liberalismo con Gaviria, Samper, y Alvaro Uribe, como en el conservatismo con Belisario Betancur y Andrés Pastrana, paso el mismo fenómeno,  a excepción de Betancur, quien se quemó políticamente en el holocausto del palacio de justicia, cuando el gobierno quedo desguarnecido y en poder de los militares, quienes hicieron lo de su oficio. Ahí se produjo un golpe de estado, del cual no pudo recuperarse nunca Betancur y de ahí que siente en carne propia el despojo.

Y comenzó la acción de los expresidentes, en el liberalismo se produjo la división entre gaviristas, samperistas y desde luego, unido a la otra expectativa de expresidente, como lo es la de Juan Manuel Santos, manipularon el poder de tal forma, que el liberalismo hoy está en manos de uno de ellos, como jefe único, con el también único propósito de conservar su cuota de poder en el próximo gobierno y de colocar en línea de sucesión del mando a su hijo Gaviria. Y de paso, le ganó al samperismo sacándolo del juego.

Y en cuanto al otro expresidente liberal, Alvaro Uribe, se tomó el conservatismo, en tal forma, que a última hora le tocó al  expresidente Pastrana adherirse a las políticas de Uribe para sobrevivir. Así que los dos partidos fueron tomados por los expresidentes y los tienen en el sitio en que están.

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