jueves, 17 de mayo de 2018

LA HISTORIA MINIMA DE MELO


POR: RAUL PACHECO BLANCO

 
La historia mínima de Melo supera las etapas por las cuales ha pasado la narración de nuestra historia patria. La primera tuvo que ver con el punto de vista liberal o conservador, pues los historiadores escribían con la camiseta puesta de su propio partido y la segunda, a la que nos acostumbró Indalecio Liévano Aguirre cuando se dio a la tarea de presentar la versión marxista de la historia, en los Gandes Conflictos Sociales y Económicos Colombianos, que en su época se constituyó en una auténtica biblia de los nuevos tiempos.

Ya Jorge Orlando Melo ha superado esas etapas y si bien es cierto escribe con criterio liberal, no lo hace en una forma sesgada y parcial. Todo lo contrario, se nota el afán de tomar distancia de los acontecimientos para juzgarlos.

Desde luego Melo se ve sometido a la camisa de fuerza de la propuesta editorial para reducir el tamaño de su versión y hacerla  más asequible a estos tiempos acelerados. Por eso desilusiona un tanto no haber sido una decisión propia y si sometida en cambio a necesidades editoriales.

Durante la lectura del libro de Melo nos hacíamos la pregunta de si el libertador Simón Bolívar se equivocó al terciar desde un principio por el sistema centralista y cerrarse a la banda ante la perspectiva de un gobierno federal.

Y encontramos que Melo deja muy en claro que los Radicales, que son los que han sacado la cara por el liberalismo del siglo xix, se embarcaron en la utopía  de un sistema confederal, en donde la soberanía residía en cada uno de los estados, en lugar de residir en el conjunto de todos los estados, reconociendo tácitamente  el error cometido, pues vinieron a descreditar el modelo federal y quedamos vacunados desde le época de Rafael Núñez contra el sistema federal.

Pero viéndolo bien, y ante la quiebra del estado unitario en que no somos capaces de llevar el estado hasta el Vichada, el Caquetá, el Amazonas, se podría volver a pensar en el sistema federal, que no confederal como en el siglo XIX, para cerrarle  el espacio a los grupos subversivos y a los narcotraficantes, cosa que no pudo el estado unitario.

El mayor aporte lo hace Melo en el final cuando hace análisis de la historia reciente que aún no ha llegado a los textos. Por lo demás, se nota la estreches en que se mueve y que limita su capacidad de análisis.

Se le pasó al maestro un error histórico  al poner a Gilberto Alzate Avendaño como contrincante del Frente Nacional, cuando él fue uno de sus artífices al lado de Mariano Ospina Pérez, con quien se alió para conspirar y atacar el gobierno de Laureano Gómez y presentar la alternativa del Frente Nacional.

Ese papel lo cumplió Jorge Leyva, quien se opuso al frente Nacional y lanzó su candidatura presidencial en donde sacamos 614.861 votos.

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