sábado, 25 de abril de 2015

LA NOVELA DE MARIA DUEÑAS


POR: RAUL  PACHECO  BLANCO.

 Generalmente en las novelas hay una historia de amor. En esta, los negocios reemplazan al amor. Los intereses entran a jugar un papel decisivo y se emparenta en este caso, con la obra famosa de Benavente, Los Interese Creados. El personaje central, Mauro Larrea, trata de llegar a esos amores, pero la contraparte no está interesada en ellos, de ahí que se frustra este acercamiento, como los demás que figuran en la novela, pues se trata de historias de amor truncas, fracasadas, que están dando sus últimos hervores por lo menos para la convivencia. Soledad es el encanto femenino personificado, pero no baja de las alturas en que se encuentra, movida por una parte en cargar el problema de su esposo enfermo y de su capacidad para los negocios.  Por otra parte, la autora ha hecho una muy buena investigación sobre la época en que se desenvuelve la acción, con un contexto muy definido que le da el calor y el sabor de la vida que se llevaba en esa época esclavista. Se pasea por México, la Habana y Jerez, constituyendo la tela de su narración, siempre ceñida a una realidad dada, tanto en lenguaje como en circunstancias y lugares. En ningún momento se pierde la atención, pues siempre pasa algo. Es una novela -novela, sin más arandelas. Con una historia propia que se desenvuelve en la medida en que se inserta en una época  muy bien descrita. Lo personajes también tiene su trabajo de elaboración, para adquirir  perfiles nítidos, como los personajes centrales, Larrea y Soledad.

Dos peros : como el estilo narrativo es muy real, aparecen hechos poco  creíbles como la de hacer pasar al protagonista Larrea como otra persona, engañando cándidamente a la contraparte, como si se tratara de ángeles  que se dejan engañar así  como así . Sin verificar siquiera,  por sus documentos, si se trataba de la misma persona que ellos buscaban. Y de otra parte, apela a un lenguaje demasiado elaborado que lo  falsea  y lo imposta quitándole la naturalidad de lo cotidiano.

No hay comentarios: