viernes, 24 de abril de 2015

LA YIDYS POLITICA



POR: RAUL  PACHECO  BLANCO.

 

Sabas Pretelt  de la Vega nunca se imaginó  cuando ocupaba el cargo de presidente de Fenalco,  que con el transcurso del tiempo iría a parar en  la cárcel. La tentación de  la política  le venía de sangre al pertenecer a una familia como los de la Vega, José y Fernando, el primero compañero de Laureano Gómez en la fundación de El Siglo y el segundo un historiador que por cierto vivió  en Bucaramanga, en donde construyó su casa y se dedicó  leer y escribir mientras tomaba onces en la tienda de don Salvador Rodríguez, cerca al colegio San  Pedro Claver. Pero lo que se hereda no se hurta y es así  como la tentación de la política lo lleva a aceptarle a Alvaro Uribe el ministerio de gobierno y abandonar la empresa privada en donde ya tenía ganado su nicho. Entró  al  mundo de la política y le enseñaron  la vieja costumbre de comprar parlamentarios a bajo costo. En esas redes cayó redonda Yidys Medina, una jefa popular de Barrancabermeja, quien hacia sus primeros pinitos en el Congreso, cuando el expresidente Uribe necesitaba de su voto para la reelección. Y Sabas Pretelt  y Diego Palacio,  creyendo que apenas echaban  mano de costumbres inveteradas le ofrecieron  a Yidys unos cuantos puestos a cambio de su voto.  Esto hubiera pasado inadvertido en otras épocas, pues los funcionarios de turno lo practicaban desde hacía rato y no pasaba nada. Pero tanto va el cántaro al agua que al fin se rompe. Y la justicia se encargó de investigar algo que antes no se investigaba y ahí cayeron  todos en la trampa. Tanto los exministros como los parlamentarios. Yidis fue castigada con mayor celeridad, mientras que los exministros tardaron en que  cuajara la sentencia contra ellos. El cohecho no se perfecciona sino con el concurso de dos partes y solo una estaba condenada. De lo contrario no existiría justicia. Y se hizo justicia. Solo que cayó en cabeza de dos personas de excelente trayectoria como Sabas Pretelt  y Diego Palacio, quienes exhibían una inmaculada hoja de vida. Pero las prácticas políticas se los llevaron por delante y tuvieron que hacer una tarea sucia que les vino a costar muy caro. Todo por agradar al poder  instalado y para tomar como bandera una causa, en este caso, la reelección del presidente Alvaro Uribe, como imprescindible. Mala pasada le jugó  la fortuna a dos personas de bien que en mala hora cayeron en la tentación de complacer al poder.

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