viernes, 17 de abril de 2015

¡ QUE IRONÍA !


 
POR: RAUL  PACHECO  BLANCO.

 

Trajo  El Tiempo en su edición del jueves 9 de abril una foto en que aparecen los hijos de tres expresidentes conservadores muy  orgullosos al lado del presidente Santos, levantando las manos en señal de victoria, mientras atrás se ven sendos afiches en que se repite el estribillo: Los conservadores con Santos, para adherir a su candidatura presidencial. Ahora los titulares cambian para señalar que se publica una carta abierta de los mismos autores pero ya no para adherir a Santos, sino todo lo contrario, para pedir que el partido conservador se vaya a la oposición   porque ha sido engañado. Lo primero que salta a la vista es que necesitaron mucho tiempo para sentirse engañados por un político de malicia indígena reconocida. Alvaro Uribe se dio cuenta de que había sido engañado el mismo día de la primera posesión de Juan Manuel Santos. Y de una vez nació para la historia de la política colombiana, el estribillo de traidor. Se dio cuenta el expresidente que Santos tenía agenda propia y que todo el esquema de su gobierno de ocho años había sido completamente arrasado, como una bandera cuando se baja del pedestal.  Ahora, después de que los hijos de los expresidentes  se prestaron para entregar  el partido a Alvaro Uribe, en donde se perdió la identidad conservadora y todavía más, convencidos de que la historia se repetía, íbamos para una nueva Regeneración. Uribe era el nuevo Núñez que iría a colocar en órbita un nuevo Miguel Antonio Caro para de ahí seguir en línea hacia la nueva república conservadora. Irían apareciendo los Sanclemente, los Marroquín, Rafael Reyes y luego Suárez, Concha, Ospina, Abadía. Pero Uribe los dejó  de lado y escogió  a Santos y hasta ahí llegó  el candor no del Padre Brown sino de  los  jefes conservadores.  Alegan ellos en su carta que hay necesidad de recobrar la identidad conservadora y que en medio de las promesas incumplidas  del gobierno el  conservatismo debe irse a la oposición. Y el destinatario de la carta, doctor Barguil les contesta que el conservatismo no puede irse a la oposición porque también es gobierno, dentro de una posición privilegiada que tranquila y dulcemente se puede dar: ser gobierno y oposición al mismo tiempo . Antes podría ser una contradicción, pero en la posmodernidad no. ¿Qué se le pueden pedir a un partido   cuando su jefe  tiene como bandera el pragmatismo, por decir lo menos y cuando se puede ser gobierno y oposición al mismo tiempo?

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