jueves, 4 de octubre de 2012

DEL SOCIALISMO AL LIBERALISMO.



POR: RAUL  PACHECO  BLANCO.

En alguna oportunidad el general Uribe Uribe llegó a decir que el liberalismo debía abrevar en las canteras del socialismo. Y esto mismo se dio a nivel mundial, pues los liberalismos fueron buscando acomodo o aprovechando formulas socialistas en sus gobiernos, a tal punto que en el juego político llegaron a confundirse. Por lo menos se encontraban en muchos aspectos. Pero cuando hizo irrupción el stalinismo, ya las cosas empezaron a cambiar, porque los liberales no le siguieron jalando al socialismo, ya en la versión comunista y,  decidieron cortar por la sano. Ese es el caso de Mario Vargas Llosa, de Plinio Apuleyo Mendoza en nuestro país, y muchos liberales que se sintieron ya desligados de ese antiguo fervor por el discurso de izquierda. Y después de afirmar la  inevitable  imposición de la revolución bolchevique en el mundo, se quemaban cartuchos socialistas en uno que otro país, hasta llegar al gobierno de Mitterand en Francia .  El mundo esperaba con interés el paso del capitalismo al socialismo, en una forma democrática, evolucionada, sin revolución. Se pronosticaba la gran maravilla del siglo XX  bajo el punto de vista democrático. Pero no hubo tal. Cuando se quiso nacionalizar empresas y avanzar el estado hasta la propiedad de todo el aparato productivo, Mitterand se abstuvo de hacerlo. El hecho de la ineptitud del estado para adelantar un propósito de semejante envergadura, lo frenó. Y el fenómeno que se esperaba no se dio. Y lo mismo le ocurrió  a Felipe  González en España. Cerrada esa etapa en que podía el socialismo clásico adueñarse del escenario, solo quedó  pendiente lo que podía hacer en definitiva la socialdemocracia. Y evidentemente, con realismo, la socialdemocracia transformó a Europa y la convirtió  en estados de bienestar, o mejor, en estado social de derecho. Eso fue lo que quedó. Y como si tal, en 1.989 se vino al suelo toda la estructura comunista que Gorbachov trataba inútilmente de transformar o por lo menos evitar el derrumbe total, que al fin se vino. A partir de ahí, el socialismo de todos los pelambres, incluido el comunismo, se quedó  sin ideas y sin banderas. Y si ayer, como Uribe Uribe había necesidad de abrevar en las canteras del socialismo, ahora se ven las cosas al contrario y el que debía abrevar en las canteras del liberalismo, debía ser el socialismo. Como está ocurriendo, pues los movimientos de izquierda que abonaban el socialismo, ya dieron todo lo suyo en el campo social y solo encuentran escampaderos en el tema cultural, terciando hacia el liberalismo, con el apoyo al aborto indiscriminado,  el divorcio,  el matrimonio homosexual,  la eutanasia,  la libertad absoluta de expresión, es decir, todo aquello que hace el liberalismo desde que se fundó  hasta ahora, recogiendo experiencias de aquí y de allá. En el campo social ya no se hacen las propuestas de antes, todo el paquete o todo el modelo que se elaboraba como un dogma que debía imponerse por encima de todo y que no funcionó en la práctica. Se vienen  de nuevo a encontrar el liberalismo y la vieja izquierda ya sin banderas.

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