viernes, 15 de octubre de 2010

EL JUEGO DE LOS “EGOS” EN LOS EX PRESIDENTES.

POR: RAUL PACHECO BLANCO.

El ego de los ex presidentes no es igual a los de los demás mortales. Sobre todo, porque están untados de historia. Y muchas veces hasta de gloria. O también de cierto desprestigio que los hace volver sobre sí mismos para reaccionar y defenderse. Verlos a todos reunidos en torno a una mesa, concretamente en la Junta Asesora de Relaciones Exteriores, no pasa de ser un espectáculo.
Resulta difícil lograr una coincidencia como esta. Porque sólo se da en contadas ocasiones Todos tienen cara de próceres, desde Belisario Betancur, quien en la foto de prensa se ve abstraído consultando papeles, pasando por César Gaviria, quien ya no tiene cara de niño prodigio como cuando fue presidente y ahora se manda un aire austero de estadista en receso. Para seguir luego con Ernesto Samper, con ese aire de persona seria cuando se está riendo por dentro de los demás ex presidentes y hasta de él mismo. Y llegar luego a Andrés Pastrana, también clavado en los papeles que le han dado para informarse de los temas a tratar, con su bigote bien cortado, casi tanto como el de Horacio Serpa, que se lo cuida su mujer con una devoción de artista. Y corriendo la cámara, mirando al frente el actual presidente Juan Manuel Santos, con su aire aristocrático de conde aburguesado, tratando de saludar a los ex presidentes y de explicarles el motivo que los ha convocado, es toda una feria de egos al ajillo . Cada quien se escuchará luego a sí mismo, dándole una dimensión especial a su voz, que cubre tantos espacios como los que abarcó en su administración, con la densidad que dan los hechos y acontecimientos que se graban en las placas de los edificios públicos, en los parques y sobre todo, en los textos de historia.. Belisario escuchará como un eco lejano sus épocas en que” Belisario era necesario” , de acuerdo con los slogans de campaña. Y su voz traerá las ráfagas de los tanques que sellaron el palacio de justicia y la exigencia de los guerrilleros de que atravesara la plaza de Bolívar y se pusiera a disposición ellos para hacerle un juicio público, adelantándose a la historia.
Y Gaviria , pensando en Rafael Núñez, su émulo en materia de creación de instituciones como la constitución del 91 y en don Florentino González, con su libre cambio que tomó de sorpresa a los industriales colombianos y casi los quiebra. Y Ernesto Samper, que ya fundió en bronce su frase de “ aquí estoy y aquí me quedo” , para significar su resistencia a la intervención de la Corte Suprema de Justicia a investigar su conducta con el narcotráfico, para que luego Andrés Pastrana con aires de pacificador se la jugara en paro para irse hasta la jungla y entrevistarse con Tiro Fijo para hacer la paz en un ataque demencial de ingenuidad que los guerrilleros le raparon de la mano su ofrecimiento del despeje. Ahora, Juan Manuel Santos, les notificaba a cada uno de ellos, que era su turno. Y empezó a barajar su juego, repartiendo cartas, para ver si le gana o no a los demás ex presidentes en esta cita con la historia, para acertar o para equivocarse. Tiene la palabra el presidente Santos.

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