POR: RAUL PACHECO BLANCO
Da la impresión que los partidos se enderezan a superar el ciclo liberal-conservador, para llegar al de derecha e izquierda, al estilo europeo. El cambio de circunstancias, el paso de un bipartidismo cerrero a un juego abierto más democrático, la reforma política que luego viene a meter en cintura los partidos, el paso estelar del presidente Uribe que rompe la estructura de los turnos presidenciales, todo ello reunido, ha hecho que abandonemos la tradicional composición bipartidista. Unido a esto a la aparición de una fuerza nueva, no caudillista, ideológica, que supera la homogeneidad derechista que se traía, como el Polo Democrático, nos está colocando en la carrilera izquierda-derecha, en que parece, se va a desenvolver la lucha presidencial de 2010. La nueva derecha se reparte entre el Partido de la U, Cambio Radical, Alas Colombia y el conservatismo, mientras que el liberalismo de Gaviria mantiene afinidades que tarde o temprano los llevará a unirse con estas fuerzas, tanto por acercamiento ideológico, como por la dinámica de la política. Con el liberalismo los divide su uribismo, pero la misma personalidad del expresidente Gaviria, hace que obre con realismo, que su criterio frío y contemporizador y cierta nostalgia del viejo partido liberal, lo pueden llevar a ese acercamiento. Y las fuerzas de izquierda del liberalismo, tipo Piedad Córdoba, se fugarán hacia el Polo Democrático, donde ideológicamente se acomoda más, que en un liberalismo derechizado. Se ha planteado como un gran inconveniente que cada partido tiene su propia opción presidencial, Cambio Radical a Vargas Lleras, el partido de la U, a Juan Manuel Santos, el conservatismo a Holguin o Noemí Sanín dentro de las fuerzas uribistas o de derecha, cuando la misma constitución facilita las cosas con el sistema de las dos vueltas, precisamente ideado por el general De Gaulle, para contener a la izquierda, pues si en la primera vuelta iban desunidos, ya para la segunda vuelta y ante la inminencia de un triunfo de izquierda, se unía la derecha alrededor del candidato que obtenía mayor votación en su sector. Este puede ser el pacto que surja para evitar que el Polo Democrático llegue al poder en 2010. Ahora, vimos como Samuel Moreno le ganó a Enrique Peñalosa por la alcaldía del Distrito, precisamente debido al despertar de viejas y nuevas fuerzas que enlazan el gaitanismo con el anapismo y que confluyen en el Polo y a tono con la dinámica de la nueva izquierda que se abre paso en Latinoamérica. Lo que conspira contra el Polo es la guerrilla, que se ha constituído en el gran seguro del capitalismo de derecha y, la posible división entre Carlos Gaviria y Lucho Garzón.
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viernes, 9 de noviembre de 2007
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