sábado, 21 de julio de 2018

LA REINA SANTA.


POR: RAUL PACHECO BLANCO

 
Ella viene precisamente de Grecia, tierra de la filosofía estoica que proporcionó al hombre mecanismos para superar los conflictos, las penalidades y problemas de la condición humana. Ella no da declaraciones ni produce gestos de rechazo, sino que absorbe todo como un secante y pasa por encima de toda clase de obstáculos para estar a la altura de su cargo y de su misión como reina y, de ahí también se desprende que va más allá de lo aguantable, de lo soportable, sin  que se sienta por ello fuera de lugar ante un espacio hecho para ella, a su medida.

Y luego pensaba seguir describiendo todas las penalidades sufridas por la reina santa: aguantarse la infidelidad de su marido Juan Carlos de Borbón, a quien los periodistas españoles le llevan contabilizadas cerca de cinco mil mujeres llevadas a la cama y sostiene una amante permanente por encima de todas las demás, sobre la cual se dice que el rey Juan Carlos tiene los títulos de propiedad de sus bienes, precisamente para sustraerlos del apetito fiscal.

Luego tiene que pasar por el calvario de una de sus hijas casada con Iñaki, quien ha sido condenado a pagar años de prisión por malas cuentas con el estado español y, actualmente se encuentra encarcelado. Y la Reina madre  tiene que pasar por la pena de ver a su hija en semejante tragedia y poner en peligro la misma estabilidad de la monarquía.

 Y como si fuera poco, ahora tiene que enfrentar a su nuera la bella reina Leticia, quien en público se atreve a que sus hijas no se retraten con su abuela Sofía y tiene en predicamentos mayores a su esposo el rey Felipe VI, quien no sabe qué hacer ante semejante dilema de apoyar a una u otra, en su papel de rey de España.

Entonces me fui a Google para encontrar datos de la vida de la reina madre griega y me encontré con que la santa andaba en malos pasos en amoríos con el viudo de la duquesa de Alba, la famosa mujer que con su desaliño y su fealdad había conquistado el corazón del mundo. Y está regado el chisme por toda la península y sus alrededores, pues luego de la muerte de la duquesa se les vio siempre juntos, acompañándose en sus respectivas penas y como caldo de cultivo para los periodistas que andan a la caza de noticias para sus lectores.

Y no alcanzaba a juzgar a la reina madre en esta salida que parece desafortunada, cuando volví unos pasos atrás y me puse a pensar si esto no estará urdido por la contraparte, la que  quiere dañarle el caminado a la reina madre, que ha aguantado estoicamente los embates de la familia, pues para cualquier ángulo que se mire, se encuentra en difícil predicamento, bien sea por los lados de su marido el Rey padre, de su hija y de su yerno, además de la reina titular Leticia Ortiz Rocasolano.

Al encontrarle otro pero al pero inicial, le doy tregua a la reina y sigo en el plan de descubrirle su verdadero perfil. ¿En dónde estará la verdad?  

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