jueves, 6 de abril de 2017

LOS ACUERDOS.


POR: RAUL PACHECO BLANCO.

 

El profesor Robinson, autor de uno de los best sellers de la época, “Porqué fracasan los países”, ha puesto el dedo en la llaga de los acuerdos: no solucionan  nada. Simplemente le ha llegado el turno de comer a las Farc y  asegurar así su mantenimiento, su insersión a la vida civil y a la política, pero nada más; es decir, como en el Gatopardo, dar la sensación del cambio para que todo siga lo mismo. Las causas que produjeron el conflicto, según expertos nacionales que escribieron el respectivo informe para el gobierno, como lo son la violencia, la democracia elitista, el reparto de tierras, el paramilitarismo, la guerrilla y el narcotráfico, quedan como estaban. Con el agravante de unos cultivos de coca en crecimiento, para pasmo de los norteamericanos que han puesto el grito en el cielo. Las Farc querían volver al juego político, luego de que se hiciera obsoleta la toma del poder por medio de las armas, conclusión a la cual llegaron tanto Fidel Castro como Hugo Chávez. Y la Farc se desprende de ahí. La estrategia consistía en crear un gran bloque latinoamericano para hacer la revolución, mediante la financiación del petróleo cuando se cotizaba a cien dólares barril. Hacia esa dirección  debía enderezarse las Farc para copar el espacio de la izquierda que estaba vacío en Colombia, precisamente por la  acción de esa misma guerrilla al darle mala imagen a la izquierda. En ese cambio de estrategia empezaron a negociar con  el gobierno colombiano, siempre bajo el auspicio de los gobiernos de Cuba y de Venezuela. Entonces ya la revolución no debía hacerse desde la guerrilla, sino desde el gobierno y para ese objetivo había necesidad de crear un partido político para lograr los objetivos castro-chavistas. Esa es la razón por la cual el profesor Robinson ( El Espectador, 2-IV-017) señala que tanto el gobierno como la guerrilla iban a lograr los acuerdos, pero sin solucionar el conflicto. Para James Robinson hay un derrumbe parcial del estado y de ahí que se presenten los problemas planteados. Es el elefante que se les atravesó a las Farc y al gobierno, pero sin verlo. Un estado en esas condiciones, deja prosperar tanto la guerrilla como el paramilitarismo, el elitismo, el narcotráfico y pasan sucesos como el 9 de abril en donde se matan a sus líderes. Nos falta estado y hay que empezar a construirlo. A esta conclusión han llegado la mayoría de los analistas que han estudiado el caso colombiano.

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