domingo, 5 de junio de 2016

EMMA, LA NOVELA DE AUSTEN.


 POR: RAUL   PACHECO  BLANCO.

Es una de las novelas clásicas. Resulta extraño leer una novela en donde la vida pública no cuenta para nada, en donde la historia no se cuela ni por la parte de atrás. Se concentra exclusivamente en la vida privada. La vida que se llevaba en ciudades de provincia en el siglo XIX, que si bien es cierto estaban alejadas de todo contacto con la historia, en la época en que se reunía el Congreso de Viena, cuando se decía con mucha propiedad: “El Congreso danza pero no avanza” y cuando se le daban las últimas oportunidades a Napoleón, luego de semejante acometida tanto en lo militar como en lo ideológico a nivel mundial. Sin embargo, no dejaban de sentir los coletazos de esa historia que se desenvolvía a sus espaldas. La novela pues, está lavada de historia pública y se reduce a la historia privada. Para mi ese es el rasgo más relevante, sobre todo después de leer novela contemporánea en donde la historia se cuela por todas partes. El personaje central, Emma, es una bella, inteligente y elegante mujer que no obstante sus atributos se cree con la misión de no casarse para cuidar de su padre, un anciano bien conservado. Como le queda tanto tiempo se dedica a servir de casamentera y en esa labor le colabora a sus amigas para lograr ese objetivo, no obstante los equívocos que se crean en los pretendientes con relación a Emma. Los diálogos entre los personajes son largos y dedicados exclusivamente a la vida social, a comentar sobre sus amigos, al hacer consideraciones sobre la posición social, el encanto de determinados personajes, Así que para saber cómo las pasaban esas gentes de provincia en Inglaterra, con cierta cercanía de Londres, nada mejor que esta novela. La crítica se ha manifestado en contra de la falta de acción de la novela, pues en realidad a través de sus páginas no pasa nada, a excepción de las reuniones en diferentes casas o la organización de paseos al campo o de bailes que al fin y a la postre no se pueden realizar. Pero no tiene un argumento que se desarrolle a través de sus páginas. No obstante esa falta de acción, sin embargo la novela se deja leer con facilidad y permite que se llegue hasta el final, sin mayores contratiempos.

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