POR: RAÚL PACHECO
BLANCO.
La Inquisición fue
impuesta por los emperadores romanos una
vez Constantino creara la estructura burocrática de la Iglesia
Católica, organizándola en tal forma que se vino a constituir en toda una
institución. La finalidad de la Inquisición era combatir la herejía y por lo
tanto a todo aquel hereje que fuere encontrado con las manos en la masa, venia
el juicio consecutivo y los tormentos, como los métodos de la cabra, la rata o el gota a gota,
o la pena de muerte El hereje era pues
el que no tenía fe, el que no creía en un Dios trino. Luego los Reyes Católicos
en España, precisamente cuando Colón rondaba
por los salones palaciegos en busca de la financiación para tratar de
descubrirnos, crearon ellos la Inquisición y encomendaron a Torquemada para
ejercer el rango mayor a efecto de cazar
herejes, mientras el monje Talavera aconsejaba a los reyes para que impulsaran
el descubrimiento de América que el iluso napolitano estaba fraguando en su
calenturienta imaginación. Andando el
tiempo irrumpió la Ilustración
precisamente para darle realce al hombre centrándolo como ser pensante , con
una razón que podía encontrar la verdad sin necesidad de apelar a la fe que
entraba en desuetud, lo mismo que la religión, pues la ciencia empezaba a
adueñarse de la modernidad. Los principios estaban dados pues, sin necesidad de
fuerzas extrañas, por divinas que fueran, pues la ciencia entraba a explicar
toda clase de fenómenos. Se archivaron las viejas ideas medioevales y el hombre
empezó a construirse a su imagen y semejanza. La modernidad viene a
desarrollarse a plenitud, dejando a un lado los viejos dogmas. El hombre debía ser guiado por su razón. Pero como todo acaba, vino la posmodernidad y
dejó a la pobre razón en pañales,
bajándola del trono, para abrirle campo a la espiritualidad y a toda clase de
religiones, dentro de un pluralismo desconocido en etapas anteriores. Más sin embargo, para pasmo
de la Ilustración, aparecieron unos ilustrados pos modernos que quieren combatir
cualquier herejía que vaya en contra de la idea del progreso, en este caso, del
progreso cultural. Así que quien no esté
con esas ideas progresistas, como el aborto indiscriminado, el matrimonio
homosexual, la adopción de menores por parte de uniones homoparentales, se le
considera un hereje y debe ser sometido al Tribunal de la Santa Inquisición
ilustrada, que se ha apoderado de los
medios de comunicación a donde llevan a los herejes para lapidarlos sin
consideración algun
No hay comentarios:
Publicar un comentario