POR: RAÚL PACHECO BLANCO
Ahí agonizaba la modernidad que se había dado un largo trazado desde el
Renacimiento, pasando por la Ilustración y la Revolución Francesa. La razón era el ser absoluto, la verdad
verdadera fuera de la cual no había salvación.
Todo eso se vino a pique, o como decía Marshall Berman: “Todo lo sólido
se desvanece en el aire”.
Europa vivió dos guerras mundiales que la dejaron en rines pero con la
ayuda de Estados Unidos, mediante el plan Marshall, tuvo una gran recuperación
hasta llegar a recobrar la lucidez y embarcarse luego en la construcción de la
nueva Europa, tanto para alcanzar un mayor bienestar, como para afianzar la
paz. Ahí tal vez entraría a figurar el
pensamiento de Habermas, quien sostiene que
la modernidad no se ha acabado, que todavía le falta cuajar y su teoría de la comunicación va en esa dirección, en la búsqueda de recobrar la
razón a través de la comunicación.
Los países europeos empezaron a experimentar un crecimiento que no tenía
antecedentes, se creó el euro, las autopistas se abrieron en todos los frentes
de la construcción. España anunciaba a todo timbal la superación de la época
franquista para instaurar una economía de libertad y bienestar que le daba a cuanto español tropezase en el mundo, la oportunidad de lograr su jubilación.
Lo mismo ocurrió con Grecia,
Francia, Alemania, Portugal e Italia.
El sueño europeo se había realizado como por ensalmo, pues la clase
media adquirió además de casa, otras propiedades y siguió consumiendo sin que
se notara un decaimiento en la economía
Los países llegaron a sentirse tan prósperos que tiraban la casa por la ventana, para luego entrar de
lleno en calamidades y por último en la quiebra.
Y vino el efecto dominó y Grecia,
España, Portugal, empezaron a resentirse
de tanto consumismo hasta que la economía explotó.
La señora Merkel y Alemania, con
la experiencia que le daban los años malos de las guerras le decretaron a
Europa la austeridad para tratar de salir de la quiebra. Europa entonces vino a experimentar una nueva
derrota de la razón, en este caso de la razón económica. Por eso el Nobel Paul
Krugman expresaba: “En los años que han
transcurrido desde que empezó la crisis del euro, la lucidez ha escaseado
considerablemente”. Y ahora, Grecia y España tratan de latinoamericanizarse inspirándose en el modelo del socialismo del siglo XXI de
Chávez.
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