jueves, 12 de febrero de 2015

MODELO PARA COPIAR

POR: RAUL  PACHECO  BLANCO.

 Hugo Chávez no se contentó con seguir el modelo ruso, sino que lo copió con  todos sus defectos: por una parte se propuso acabar con la pobreza, pero por otra  quiso también convertirse en potencia mundial.  En el caso ruso en potencia espacial y en el caso venezolano en potencia continental. Y desde luego, la Unión Soviética no pudo con esos dos grandes retos y se vino abajo. Su economía colapsó. En principio la Unión Soviética acabó  con la propiedad privada, nacionalizando todos los medios de producción: industria, agricultura, comercio y servicios pasaron a manos del Estado. El país se industrializó hasta el máximo, en  forma tal, que se habían quemado etapas en el desarrollo económico que otros países habían tardado en hacerlo. Pero como estábamos en la época de la bipolaridad y si una potencia buscaba conquistar el espacio la otra también, en esa  competencia se disparó el gasto público.  Como las fábricas trabajaban con un criterio social y no económico con el tiempo vinieron a quebrar.  Y cuando se dieron cuenta, la Unión Soviética estaba en el aire. De ahí que Gorbachov su  último primer ministro tuviera que renunciar para darle paso a Yeltzin, quien entró a capitalizar la nueva etapa. Pasaron los años y Hugo Chávez quiso copiar el modelo soviético y embarcó  al pueblo venezolano en el experimento del socialismo del siglo XXI. Aprovechó  el momento del desprestigio de los partidos en Venezuela y llegó al gobierno por las vías democráticas. Y ya en el poder, comenzó la tarea de crear la sociedad socialista que había enterrado la Unión Soviética, lo mismo que el modelo cubano. El esquema estaba basado en la fortaleza que le daba  el petróleo, para acabar con la pobreza en su país y dio los primeros pasos con una reforma constitucional que fue la bolivariana de 1999, con la cual saco adelante la ley habilitante. Y cuando quiso ya llegar por medio de la constitución al socialismo, se le atravesó  el pueblo y no le permitió  que tal hecho ocurriera. Pero eso no lo amilanó, pues le quedaba como herramienta legislativa la ley habilitante, con la cual hizo maravillas, pues los decretos ejecutivos se convertían en leyes. Se dio el lujo de hacer una revolución sin necesidad del poder constituyente, porque este ya lo tenía capturado mediante la ley habilitante. Construyó  casas para los más pobres, enderezó  el presupuesto para reducir la pobreza. Pero al mismo tiempo, se dedicó  a regalar o permutar el petróleo, subsidiando a los países de su órbita. De ahí, que ayudara a Cuba para salir del bache en que la dejó  el desplome soviético, lo mismo que a los gobiernos amigos como Argentina, Nicaragua, y los países caribeños, subsidiándoles el  petróleo Pero como todo el modelo se sostenía en los precios del petróleo y éstos se  han venido al suelo, el modelo empieza a hacer agua.

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