viernes, 18 de julio de 2014

EL JUGADOR DEL MUNDIAL

POR:  RAUL PACHECO   BLANCO.

 

Para mí  el jugador del mundial fue Robben, el volante holandés que le puso la turbina de la posmodernidad al fútbol, con carreras tan apretadas, que cuando él se desprendía con el balón amarrado a los pies, parecía aquello un enjambre de golondrinas que anunciaran el verano, tratando de rescatar el regateo, la gambeta, que se ha fugado de los estadios, envuelta en pura táctica que limita el esfuerzo personal. Robben disparaba los partidos, parecía que se metiera en un volador y se dirigiera a mil sobre el arco contrario. Pero además, era toda una  alegría desbordada, como la del chico de barrio que coge el balón y se va con él como si se tratara de una cauchera para matar pájaros. Esa alegría le daba para lanzarse al vacío, para caer sobre el césped de la cancha como si fuera una piscina olímpica, con la picardía desde luego de cazar faltas o hasta un penalty, pero  con la felicidad de un chico que se come un caramelo a la salida de la escuela. Esa felicidad que  da el fútbol la proyectaba él, metido desde luego dentro de su equipo, que siempre ha tratado de innovar  en  los campeonatos mundiales, como en el caso de la célebre Naranja Mecánica. Rooben no tiene la elegancia  del  juego  trascendental  de  Cristiano Ronaldo, ni tampoco  la habilidad al milímetro, de Messi, pero su juego a base de ráfagas, de despliegue físico  y de alegría hace que cuando él juega se enciendan las fanfarrias. Fue al lado de James Rodríguez, quien merece un capítulo aparte, por cuanto es la figura del porvenir, ya que  Robben tiene treinta años y este puede ser su último mundial, James tiene por delante otros dos o tres más campeonatos mundiales . De otra parte, ratifica la calidad del fútbol que se juega en Alemania, por cuanto él pertenece a la nómina del Bayern de Munich, el mejor equipo del mundo en la actualidad. A él llegó  después de haber pasado por el Real Madrid en donde no brilló como debía brillar y del Chelsea inglés. Se trata pues, de un jugador curtido, de mucha trayectoria que traía intacto todo su bagaje para este campeonato que le fue esquivo a Holanda, porque había equipos de tanta calidad como Alemania, el digno y flamante campeón., cuyo equipo tiene la característica de que no depende de un solo jugador, como le pasa a Argentina y Brasil, sino que  todos meten goles por igual.

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