viernes, 7 de junio de 2013

OTRA PATA QUE LE NACE AL COJO



POR:  RAUL  PACHECO  BLANCO.

Porque no  todas las prebendas que  tienen nuestras cortes se han sacado a relucir en la coyuntura reciente, sino que se puede espulgar todavía  más : el tiempo que pierden los magistrados en las universidades , dictando sus cátedras, que incluyen seminarios, posgrados, maestrías, simposios, en fin, todo lo que se nos ocurra. Los magistrados pierden toda la mañana en las universidades en  lugar de estar en su oficina  sacando adelante sus expedientes y elaborando sus sentencias, que  dejan en manos de su magistrado auxiliar,  generalmente  un muchacho recién egresado de la universidad. En las horas de la mañana las cercanías a las universidades, sobre todo en el centro, donde confluyen las universidades del Rosario, Gran Colombia, El Externado, la Libre, la Central, la Jorge Tadeo Lozano, se les ve bajarse de sus vehículos para asistir puntualmente a sus cátedras. En la preparación de las mismas , se les va un poco de tiempo que debía estar dedicado a la elaboración de sus ponencias y de sus sentencias. O de ponerse al día en lecturas y  jurisprudencias de otros países. Con las distancias de Bogotá  su desplazamiento se hace dispendioso, porque en el norte están el resto de universidades, la Javeriana, la Santo Tomás, la Sergio Arboleda, la Sabana y para ir de una a otra universidad, con un tránsito tan pesado como el bogotano, embolatan el tiempo más de la cuenta. Claro que esto está permitido por la ley, pero debiera abolirse, porque desde luego causa un enorme perjuicio a la justicia, cuyos despachos están saturados de trabajo y la demora en el trámite  de los procesos  ya es proverbial. Y luego se trasladan a provincia ya no para dictar las catedras diarias, sino a seminarios, posgrados y demás.  Sume usted entonces todos los privilegios, empezando por los sueldos que tienen el  mismo nivel de los parlamentarios y se encontrará con que están  sobredimensionados  en la  apreciación de su trabajo  en un rango  superior a lo que debiera ser . Lo magistrados estrictamente hablando solo trabajan por las tardes . Y si a esto le agregamos los permisos conocidos por la opinión  publica , las vacaciones de semana santa, las de fin de año, además de los viajes al exterior, faena de  la cual acaba de llegar la  presidenta actual de la Corte Suprema, luego de su crucero histórico por aguas internacionales. Y después dicen que los negocios no caminan porque les hace falta personal, porque no dan abasto, cuando ellos son los primeros en malgastar el tiempo en funciones que están fuera de la órbita del estricto deber de un juez, que es el de dictar providencias además de justas, ajustadas a derecho, con la debida prontitud,  Así  como a los parlamentarios se les prohibió  el ejercicio de su profesión, la exclusividad de su tarea , así  mismo se les debe exigir a los magistrados  la  exclusiva dedicación a su oficio, sin mezclarle nada más.

No hay comentarios: