martes, 25 de junio de 2013

NACIMIENTO, CRECIMIENTO, FLORECIMIENTO Y DECADENCIA DEL PARTIDO CONSERVADOR



POR:  RAUL  PACHECO  BLANCO.

Tenia razón Oswaldo Spengler  al escribir La Decadencia de Occidente a principios del siglo pasado, cuando se vivía un periodo de guerra en Europa y  trataba de explicar el destino de las culturas al considerarlas como organismos vivos que realizaban el proceso del nacimiento,  desarrollo, florecimiento y decadencia . Dentro de ese ambiente de pesimismo, Spengler trazaba  los límites de la cultura de occidente, que daba ya sus frutos y se iba sin remedio hacia la decadencia. Se vivía la modernidad con la impronta racionalista a punto de entrar en crisis, pues no muy adelante vendrían los hornos crematorios y el sacrificio de millones de judíos a manos del régimen hitleriano.  Y si se trataba de estirar un tanto la cultura iría a empatar  con la posmodernidad nuestra en que el espiritualismo , el esoterismo y el auge de las religiones  entraría para desplazar  la época de la razón.  Y tenía razón Spengler , pues la decadencia de occidente se manifiesta en la crisis que vive actualmente Europa, no obstante haber logrado el megaproyecto de la Unión Europea , la pérdida de influencia de Estados Unidos  y el surgimiento de China y la India como potencias , asumiendo el liderazgo de la cultura oriental sobre la occidental. Algo así  le  ha sucedido al partido conservador  que   nació en 1.849 cuando Caro y Ospina estructuraron el programa conservador.  Se desarrolló luego durante la época del Radicalismo, escaló por los predios de la Regeneración y Rafael Reyes, hasta llegar al pleno florecimiento en las  presidencias de Marco Fidel Suarez, José Vicente Concha, el general Pedro Nel Ospina y don Miguel Abadía Méndez. Se vivió  la  República  Conservadora cuando el país echó las  bases para el proceso de industrialización dentro de un ambiente de paz como nunca lo tuvo ni lo ha vuelto a tener el país . En este periodo el país se capitalizó  y dio pie a lo que vendría después, aprovechando el auge de las exportaciones de café. Se sembró  prácticamente el producido  del café. A partir de ahí viene la decadencia y aparece Laureano Gómez quien llegó  a tener una oportunidad de echar el país hacia las ideas que en Europa ponían en practica Konrand Adenauer y Alcide De Gasperi, creadores de los partidos socialcristianos, y poniéndole piso sólido al estado de bienestar que luego sería tomado por las izquierdas a nivel mundial, cuando su creador había sido precisamente Bismarck  en el periodo  de la unificación alemana.  Laureano Gómez creó un clima de pugnacidad que primero dividió  al partido y luego fomentó  la violencia contra el liberalismo a tal punto, que resultó  satanizado por la opinión pública.  De ahí que ni siquiera los relevos generacionales de Alvaro Gómez, Belisario Betancur y Misael Pastrana pudieron detener esa decadencia que ahora se confirma cuando no ha aparecido una figura de relevo, pues la más promisoria, como era el exministro Luis Felipe Arias, resultó  involucrado en el caso de  Angroingreso seguro.  
Y como si fuera poco, otra figura de relevo como  el nariñense Albornoz,  también propició  o permitió  que se cometieran toda clase de irregularidades en el manejo de los bienes de los narcotraficantes, en donde cayeron también prestantes jefes conservadores.  Para abonarle luego el impacto de las autodefensas  que tiene también a otros en la cárcel, la roya uribista que se fue tomando la base del partido y una política  subalterna hacia los gobiernos de turno.

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