viernes, 7 de septiembre de 2012

“ESA LEY CAYÓ MAL Y POR ESO NO LA APLICAMOS.”

POR: RAUL PACHECO BLANCO. Para James A. Robinson ( El Tiempo, 27,VIII, 2012 ) Colombia como estado, no controla su territorio. De ahí que exista la guerrilla, el paramilitarismo y el narcotráfico. Y además, tampoco tiene el monopolio de la violencia, como todo país, nación o estado que se respete. Pero no se quedan ahí las cosas, en el sector económico hay monopolios que controlan el movimiento económico y cita el caso del azúcar, del cemento, del arroz, para no citar las cervezas, las gaseosas, etc. No obstante que la constitución prohíbe la existencia de los monopolios. El sistema judicial por su parte, está ridículamente corrompido. Ese es el diagnostico pues, de un país fracasado. Con este panorama uno se pregunta si el proceso de paz que arranca con los grupos guerrilleros, obrará el milagro de que el estado recobre el monopolio de la violencia, que la justicia se purifique, que los monopolios económicos desaparezcan. Es decir, que acabado el problema guerrillero, que ya lleva cincuenta años, el país se convertiría en un país viable y dejaría la condición que actualmente el profesor Robinson señala. Los países en donde hubo procesos de paz y se reintegraron a vida normal los grupos irregulares, el espacio dejado por la guerrilla lo vino a ocupar la delincuencia común. Y es lógico, pues esos grupos irregulares se cuelan por donde puedan para justificar su acción con las carencias que tiene el país. Ese fue el discurso de la guerrilla , cuando cambio su orientación política por la orientación social. Cuando dejó de ser liberal para convertirse en comunista. Así que si el proceso de paz tiene fortuna, surgirá alguien que entre a seguir explotando la falta de carreteras, de escuelas, de vivienda, de tierra para laborar. Lo cual quiere decir, que si no ponemos las bases para que el estado sea eficaz, para que haga obras y controle el territorio, no saldremos nunca del atolladero. La sola desaparición de la guerrilla, no implica la normalización y el nuevo equilibrio para desarrollarse el país, que ahora va por el calificativo de país emergente, como lo son actualmente Brasil y México. En lo que si se escachó Robinson es considerar que la descentralización ha jugado también en contra del país y las élites centrales con tal de recibir votos de las élites locales, permiten casos como el de la “gata” López y sus hijos. Y que si el país ha llegado a ese nivel de descentralización se debe a una labor de años, de reformas constitucionales, de cambio de mentalidad, para que el centralismo deje de ser una camisa de fuerza, una valla al progreso de un país que es considerado país de regiones. Por cierto que cae muy bien una anécdota de un político costeño, quien comentaba que en su región no se aplicaban sino las leyes que fueran de la aceptación de sus habitantes y con lenguaje muy llamativo decía, con relación a una norma específica : “ allá en la región esa ley cayó mal y por eso no la aplicamos”. Esto deja ver, pues, el vacío que contempla el estado cuando se llega a la región y ya en ese territorio no se puede aplicar la ley. Ojalá con el proceso de paz logremos cerrar esa brecha. Pero ahí está.

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