viernes, 7 de septiembre de 2012

ELEGIMOS UN VICEPRESIDENTE Y NOS RESULTÓ UN PRIMER MINISTRO.

POR: RAUL PACHECO BLANCO. La primera precisión que se debe hacer con relación al cargo de vicepresidente es que se mueve dentro de los parámetros de un sistema presidencial. Es decir, que no se puede fraccionar el ejecutivo, en donde la figura estelar es el presidente y el vicepresidente solo juega un papel de bateador emergente. Porque la única función que tiene a nivel constitucional, es la de reemplazar al presidente. De resto queda al arbitrio del presidente, ponerle oficio o no. Ahora, si bien es cierto el vicepresidente es elegido popularmente y no nombrado por el Presidente, le da peso democrático, pero no al punto de considerar que el mandato dado al vicepresidente es distinto y no de la misma naturaleza que el del presidente. Tan es así, que el art 202 señala que el vice debe ser escogido en la misma fórmula con el presidente. Y generalmente el de los votos y quien efectivamente recibe el respaldo del pueblo, es el presidente y no el vice, pues de lo contrario, los puestos se invertirían. De ahí que podamos ver cómo existen argumentos tanto políticos como jurídicos para sostener la dependencia del vice. Los políticos son de carácter democrático y envuelven, como dijimos atrás, un mandato que es el mismo del presidente y los jurídicos que deben ir en la misma fórmula presidencial. Así que el vice debe acompañar por mandato imperativo del pueblo al presidente en la política que va a desarrollar, siempre y cuando no atente contra la moral pública y bienes jurídicamente protegidos. En el momento en que este evento ocurra, consideramos que el vicepresidente queda liberado de esa carga democrática, como le pasó a Humberto de la Calle cuando fue vicepresidente de Ernesto Samper, ya que el presidente empezó a dar malos pasos desde el comienzo y por lo tanto, ya De la calle no tenía la obligación moral de seguirlo. De otra parte, además de estar envuelto en tratos con el narcotráfico, cometió una falta más grave aún, que los norteamericanos no perdonan y es la del engaño y la de no reconocer la culpa y pedir perdón por ello. Y ahí si podía mostrar su discrepancia con el presidente, pues el respaldo democrático le daba fuerza para tomar una actitud de esas, lo que no ocurre con Angelino Garzón, quien no tiene razón para discrepar del presidente en materia de definiciones políticas que son exclusivamente del resorte presidencial y en donde nada tiene que ver el vicepresidente. Angelino Garzón está comportándose como un primer ministro dentro de un sistema parlamentario , con la independencia suficiente para poder sugerir o imponer fórmulas políticas y decisiones administrativas, con peso específico tanto a nivel democrático como a nivel jurídico. Y si Angelino Garzón entró como cuota del uribismo a la fórmula vice presidencial, en el momento de producirse un desacuerdo , la obligación constitucional del vice es la de seguir al presidente y no al expresidente.

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