jueves, 19 de noviembre de 2009
LA COPA CEREMONIAL DEL CACIQUE GUANENTA.
POR : RAUL PACHECO BLANCO.
1.
A Jaime Älvarez lo hemos conocido a través de sus novelas, desde cuando escandalizó a muchos con el titulo de la primera de ellas : Las Putas también van al cielo . Y sobre todo, porque hasta ese momento no se le conocían obras literarias, ni escritos en la prensa. Se sabia de él como político y como funcionario cuando ocupó la personería de Bucaramanga y desde allí preparó la armazón jurídica de lo que vendría a ser la Corporación de la Meseta y que tan estupenda labor ha cumplido hasta el momento. Los comentarios que se hacían eran de mala leche, que él se había encontrado los manuscritos, que los había escrito un poeta que había muerto de hambre, pero que tenia mucho talento para la literatura. Eso debido a la imaginación, a la buena factura de la prosa, trabajada con esmero, macisa, con peso especifico.
Inauguró así un ciclo literario , que se constituyó en un gran aporte a la novela santandereana, para seguir luego con la Cruz Trenca, Don Benito el Epitafista, la Sirena, dos cortas de temas eróticos y ensayos como la Carta al Rey.
Se inscribió dentro de la escuela real –fantástica que tanto sedujo a muchas generaciones como quiera que escritores tan distantes, como el hindú Salman Rusdhie e Isabel Allende, fueron influidos por su estilo. Es de admirar el brillo de la prosa de Jaime Alvarez, trabajada con esmero, en una labor de artesanía y joyería.
Pero cortó su saga de novelas y se metió a la investigación, en momentos en que la novela da un giro grande en Latinoamérica, abandonado precisamente el estilo mágico de García Márquez.
Ahora los nuevos escritores le apuntan a la historia, para meterse en ella, redescubrirla, ponerla en presente, interpretarla. A tal punto se ha tomado distancia de la novela mágica, y de temas contemporáneos, que según los nuevos escritores, el último novelista latinoamericano lo fue Roberto Bolaño, ya que él insistió en la temática latinoamericana contemporánea, alrededor de la violencia , como es el caso de México, sobre todo en sus fronteras, dominadas por la mafia del narcotráfico. Eso impactó a Bolaño y lo dejó narrado en su máxima novela 2.666. .
Así que la novela se enderezó por el camino que abrió primero Umberto Eco con el Nombre de la Rosa y aquí en Colombia lo hizo con gran fortuna Germán Espinosa .con su Tejedora de Coronas.
De ahí en adelante, se ha desgranado toda una serie de novelas en que se buscan temas históricos y a través de ellos se fabula.
Es el caso de la Historia de Costaguana de Juan Gabriel Vásquez, quien novela un hipotético viaje de Conrad , el gran novelista polaco , a Colombia, y se va acercando a la historia de Colombia, para tratar de abordarla con ánimo critico..
O Enrique Serrano que fue hasta España a buscar sus orígenes y reconstruyó la época en que vinieron sus ancestros para terminar ubicados en Zapatoca..
O William Ospina con el País de la Canela, una versión poética de la conquista española, siguiendo las líneas maestras del relato de Jovellanos.
La biografía novelada de Obando escrita por Víctor Paz, un poeta caucano.
Hasta los norteamericanos están escribiendo esta clase de novelas, como Matew Pearl , quién a sus 34 años es ya un escritor consagrado. Y el argentino Andrés Neuman, ganador del ultimo concurso de novela Alfaguara, con su Viajero del Siglo, en donde revive la época de Metternich, durante el movimiento de la Restauración, creado para enderezar los desbordamientos de Napoleón. Pero Neuman no se mete en la trama política que dominó la época., sino que crea unos personajes sencillos, que le llegan al lector con afecto y enderezando la narración dentro de un ambiente de vida privada y no de vida publica, como se podría pensar cuando se valía del siglo XIX para contar su historia.
Quedó lejos el estilo de Carlos Fuentes, de Vargas Llosa, de García Márquez, latinoamericanos hasta la médula, para ingresar a una temática que si bien no se olvida del espacio en que se vive, no se le presenta en una forma mítica o mágica.
Así que Jaime Älvarez, ya con una obra vasta en el campo literario, se metió a la investigación. Le llamó la atención la vida de los Guanes. Y fue así como presentó su libro sobre el calendario Guane.
2
Ahora continúa en esta misma línea, incursionado además en la semiótica, cuando recordó que en su juventud le habían regalado una copa de cerámica elaborada por los guanes.
Asi que Jaime está acostumbrado a dar saltos largos, como los que daba en el estadio Alfonso López en la olimpiadas nacionales de l.941.
Y se dedicó a descifrar el lenguaje de los símbolos y de las imágenes de la copa, superando la etapa de la simple verificación de los dibujos, que solamente sirven para exhibir en vitrinas, pero sin que se intente la interpretación , de lo que quieren expresar esos símbolos.
Con una paciencia de investigador, se dedicó Jaime Alvarez a descubrir pues, ese contenido.
Ahora nos pregunta ¿quiénes somos?. ¿ Indios, españoles o africanos?.
Alvaro Gómez por ejemplo, dice o dijo que somos españoles porque fueron ellos los que nos integraron a la historia, ya que antes, con nuestro pasado indígena, éramos la no historia, estábamos fuera de ella..
Otto Morales Benítez en cambio sostiene que somos mestizos, es decir el resultado triétnico-
Hasta ahora no he escuchado que alguien sostenga el origen africano nuestro. . Talvez cuando el maestro Echandía dijo. que éramos unos cafres.
Y el maestro Alvarez se ha metido en el mundo de los guanes, para tratar de saber qué dijeron ellos y qué aportaron a la cultura.
Alvaro Gómez no reconoce entonces aporte cultural alguno de los indígenas, porque ellos no dejaron textos escritos y que una cultura que no los elabore , deja de prolongarse y de permanecer.
De ahí que la obra que presentamos en esta ocasión, parte de la base de que no sabemos quienes somos, para tratar de llegar a lo que debemos ser hoy . Y para eso se traslada a nuestros orígenes, que son guanes.
En el libro que estamos presentado, Jaime Alvarez comienza por establecer una categoría de sígnos semióticos , como el ícono, el índice y el simbolo.
Define el símbolo como la expresión prehistórica del hombre primitivo.
Al tomar el símbolo se adentra sobre los símbolos y los signos guanes, releva el papel de los dedos en la conformación .de los números.
Al continuar el análisis de la cultura Guane, echa su cuarto a espadas para referirse a su territorio, que viene abarcando lo que actualmente constituye el territorio santandereano, en contravía de otras apreciaciones, que lo reducen a la Mesa de Jéridas.
Se remonta luego al origen del hombre americano, sobre lo cual se ha especulado lo suficiente y en donde la tesis que más parece acercarse a la realidad, es el origen asiático.nuestro.
Cuestiona a los españoles por el arrasamiento de los nombres guanes que tenian las poblaciones, lugares y sitios, para cambiarlos más que todo por nombres de santos, de acuerdo con el santoral de la iglesia católica.
Y adelanta una tesis : que los guanes son de origen maya y que por lo tanto la mayor influencia viene por ese lado. De pronto esa sea la razón por la cual al santandereano le guste tanto las rancheras y los corridos mexicanos.
La tesis central está en el análisis de la copa ceremonial del cacique Guanentá , que llegó a sus manos en l.941, cuando no sospechaba todavía el valor que tendría para él, pasando el tiempo.
Parte de la base de que la antigua teoría de considerar los signos como simples adornos, no es cierta, pues allí se encuentran envueltos los mensajes culturales que los guanes querían dar y prolongar.
Hace un análisis muy minucioso de la copa, para terminar señalando que allí se encuentran inscritos tres clase de calendarios, el solar, el lunar y el de los destinos.
Por último realiza una lectura del calendario maya en la figura de un sapo o de una rana, hasta llegar a las profesías mayas que son seis y que una de ellas señala que en el 20l2 se acaba el mundo, de lo cual ya estamos bastante cerca.
3.
Resulta muy pertinente esta clase de investigaciones, ahora que Latinoamérica piensa celebrar el bicentenario de la independencia, lo mismo que definir su futuro y para eso debe tener en cuenta su pasado.
Si miramos las constituciones de los diversos países americanos, vemos como los indígenas han entrado al mundo constitucional, como es el caso de Brasil, Argentina, Venezuela, Colombia, Perú , Guatemala, Nicaragua y sobre todo Bolivia, en donde los indígenas elaboraron su propia constitución y la aprobaron este año, para expresar sus valores y sus concepciones del derecho.
Ahora que se acerca el bicentenario, bueno es especular sobre el destino de Latinoamérica, formulando hipótesis para un futuro que está ahí, a la vuelta de la esquina. Hay tres hipótesis interesantes : la una, teniendo en cuenta la ubicación, para formar bloques regionales, tal el caso de Centroamérica con México, otra con los países bolivarianos, Colombia Venezuela, Ecuador, Perú y Bolivia y luego el cono sur., con Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Chile. La segunda : la unión de toda latinoamérica en un solo cuerpo y 3 : la disolución de Latinoamérica : que México se alíe con Estados Unidos y Canadá, la región andina de acuerdo con su alineamiento ideológico, igual que la del Cono Sur, haciendo alianza con cualquier clase de país.
Otros plantean , como el escritor Jorge Volpi, en su libro el Desvelo del Libertador, que ya es hora de olvidar a Latinoamérica, para que cada país empiece a formar su futuro de acuerdo con la perspectivas que se le presenten.
Por ejemplo, México, su país natal, ingresaría al grupo del norte, al lado de Estados Unidos y Canadá y el resto de los países centroamericanos, para constituir una Unión norteamericana.
Y luego la unión del sur, en donde caben los países andinos y los del cono sur.
Asi que se pueden tejer multitud de salidas para unos países que aún viven dentro del subdesarrollo y que tres de ellos, aunque estén en el G 20, como Brasil, México y Argentina, sin embargo no han llegado al pleno desarrollo.
En cuanto a Santander, ¿ qué se puede decir?.
Jaime Alvarez quiere con su estudio sobre la cultura Guane, hacer una critica implícita a la concepción que hemos tenido en cuanto al aspecto étnico o racial se refiere, más definido hacia lo español o lo mestizo, pero casi con prescindencia del elemento indígena, asi se nos salgan los rasgos asiáticos.
Cuentan que en la guerra de Corea, cuando fueron los soldados colombianos, mandados por el gobierno de Laureano Gómez, era tal la coincidencia racial con los soldados coreanos, que difícilmente lograban distinguirlos.
Ese ánimo critico es el que debe imperar a la altura del tiempo histórico que llevamos, porque Santander no puede seguir viviendo de mitos, de leyendas, que es el patrimonio de los pueblos primitivos y nuevos. Ya hay una cultura y de ahí que se debe entrar a analizar nuestra historia con ánimo critico, porque ya pasamos la época de Serrano Blanco, de don Fulgencio Gutiérrez y de don Juan de Dios Arias, dicho sea con todo respeto, pero ensalzar en forma global el pasado, no tiene ya sentido. Se justificaba cuando se empezaba a ser. Pero ahora no.
Debe imperar por lo tanto, un ánimo critico para enjuiciar a España por el tratamiento con la cultura indigena, analizar con ánimo despasionado un movimiento que ha sido ensalzado en todos los tonos y que no da la medida, como fue la rebelión comunera, en donde falló el pueblo y fallaron sus jefes. Y el aporte nefasto del radicalismo en Santander, lo mismo que el periodo de la Regeneración dominado por el general Solon Wilches, quien hacia y deshacía en el estado soberano de Santander.
Para entonces si responder la pregunta que nos hace Jaime Alvarez ; ¿ quienes somos?.
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