viernes, 11 de septiembre de 2009

PACTO PARA LA GOBERNABILIDAD.

POR: RAUL PACHECO BLANCO:

Como puede verse, existe el ánimo del gobierno Uribe y de su bancada parlamentaria, de sacar adelante el referendo, al precio que sea. Por lo tanto, los partidos deben empezar a considerar el estudio de unas medidas mínimas para la gobernabilidad, dentro de una situación muy singular, como la da el hecho de llegar a un tercer periodo el presidente Uribe, cosa inusual dentro de nuestra democracia. Bien sabemos que la estructura de la constitución de l.99l, diseñada para periodos de cuatro años en cuanto al poder presidencial se refiere, fue desfasada por las sucesivas reelecciones, quedando por lo tanto el ejecutivo en una situación de privilegio, desventajosa para la oposición, lo cual requiere de algún correctivo., para evitar la concentración de poderes en organismos como las cortes y la junta directiva del Banco de la República.
Existen antecedentes muy valiosos en Latinoamérica como los pactos que han llegado a realizar los distintos partidos, para asegurar una gobernabilidad , mediante un consenso escrito que se concreta en una reforma constitucional, por ejemplo. Tal es el caso del pacto de Olivos en Argentina, cuando los partidos peronista y Unión Cívica Radical de Alfonsín, pactaron un acuerdo que llevó a la reforma constitucional de l.988, que aún rige y que ha permitido una normalidad dentro de los desacuerdos. Igualmente en Venezuela, su democracia empezó a surtir efectos, desde que se llegó al pacto de Punto Fijo, cuando Acción Democrática y Copei, acordaron unas reglas de juego democráticas, para que la política se desarrollara bajo esos cauces. Y eso significó la regularidad democrática que experimentó Venezuela, hasta la llegada de Hugo Chávez al poder. Así que en Colombia se imponen unas reglas de juego especiales, para lograr que el gobierno de Uribe y la oposición se rijan por unas reglas pactadas previamente.
El presidente debe tener la generosidad suficiente y su conciencia de estadista, para aprobar un acuerdo de estos y la oposición podría estar más tranquila en cuanto a la protección de sus derechos, que por cierto son muy escasos en la constitución.
De lo contrario vendrá un desbalance que puede llegar a situaciones de dictadura, para la cual Colombia estaba vacunándose. Inclusive desde ya se puede elaborar una propuesta de los partidos para los próximos cuatro años que van a ser muy difíciles para un presidente que ya lleva ocho años en el poder y aspira a gobernar otros cuatro años más, circunstancia inédita en nuestra historia.

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