viernes, 19 de septiembre de 2008

PËSIMO ANTECEDENTE.

Por: RAUL PACHECO BLANCO


Los directivos del fútbol colombianos tomaron la decisión más fácil : salir del técnico.
Pesó más la consideración a los jugadores, que según expresión de Jorge Luis Pinto, son tratados como reinas de belleza, que el trabajo del técnico y la versión del mismo.
El momento clave de la gestión de Pinto estuvo en el partido con Chile, porque si bien es cierto se perdió con Uruguay, al menos el equipo mostró algo y la derrota no fue vergonzosa.
Pero con Chile se llenó la copa. ¿ Qué ocurrió en Chile?.
El equipo se paró. Hizo huelga de brazos caídos, quizá con el deliberado propósito de tumbar al técnico, por las exigencias en el trabajo, la disciplina, la mano dura, que dista mucho de la imagen del entrenador-padre, o confidente, o amigo., que representaban personas como Maturana o el “bolillo” Gómez.
Y aunque se trataba de un grupo diferente al que se presentó en la copa América, la estrategia que se llevó en el partido con Chile fue la misma que propiciaron Yepes, Córdoba y Calero, quienes pararon el equipo para tumbar al técnico, cosa que al y al cabo no les funcionó, porque los directivos apoyaron al técnico.
Pero en esta oportunidad, ante la misma estrategia de los jugadores, los directivos le quitaron el respaldo al técnico.
Así que se ha impuesto un precedente nefasto, porque cuando los jugadores no quieran al técnico paran el equipo y acabadas son cuentas.
El jugador criollo es indisciplinado, y sobre todo, no tiene la mística y el nervio nacionalista que hace grande a otras selecciones y cada jugador solo piensa en el contrato que se va y en el contrato que llega.. ¿ Cómo es posible que no haya sanciones a los jugadores que intervinieron en el partido contra Chile cuando se bajó completamente la guardia, no disputaban la pelota, no armaban una sola jugada pensando solo en oscuras intenciones para sacar al técnico?.
El técnico no era el que estaba en la cancha , eran los jugadores, que por falta de entrega, de interés, de amor por la camiseta entregaron el partido sin lucharlo.
Daba vergüenza ver a los jugadores parados en la cancha a la espera del pitazo final que los liberara de pronto de aquel encargo tan incómodo.
Y todo porque Pinto no hace lo del bolillo Gómez, que acompañaba al Tino Asprilla hasta el apartamento de Lady Noriega, para que allí calmara la ansiedad del partido de turno.
De aquí en adelante, los técnicos tendrán que convertirse en nodrizas para que los jugadores toleren la continuidad de sus contratos.
De lo contrario, al horno crematorio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Los colombianos somos vagos y mediocres por naturaleza...no seria raro ver que cuando llega un tecnico que le guste la disciplina ahi quieran sacarlo, porque no les deja ganar la platica facil de siempre, interesante perspectiva