domingo, 14 de septiembre de 2008

LA SELECCIÓN DE FUTBOL.

Por : Raúl Pacheco Blanco.

Dentro del proceso que se abrió con Jorge Luis Pinto en la dirección de la selección Colombia, ya obtuvo un primer fracaso: no logró cambiar la estructura de juego del equipo.
El quiso “europeizar “ el fútbol colombiano, pero no pudo.
La experiencia que realizó en el Cúcuta Deportivo, en donde sí llegó a jugar en ese estilo, falló en la selección.
A tal punto, que Pinto desistió de su intento: abandonó la perspectiva de verticalizar el juego para volver al patrón horizontal de Maturana.
En ese cuento anda, porque el jugador criollo se acostumbró a jugar así, y de ahí nadie lo saca, ni Pinto que era el Napoleón que pretendía imponer el nuevo orden.
Ante este fracaso, a Pinto le tocó amoldarse al patrón de juego del jugador y no al estilo del entrenador.
Porque ante todo estaba la clasificación y si Pinto persistía en ese intento, se arriesgaba a que lo echaran por la borda, pues hasta los mismos jugadores habrían expresado que los habían obligado a jugar como ellos no jugaban.
Por eso le dijo a los jugadores que jugaran entonces como habían aprendido y…tampoco.
El partido con Uruguay fue desastroso. Desde el primer momento el equipo se sintió inseguro. Y no pudo desbordar la férrea defensa uruguaya, insistiendo con una penetración hacia el centro, que solo funciona con los Maradonas o los Messi, pero no con los jugadores que tiene y desistiendo de hacerlo por las alas, o a pelotazo limpio desde el área o fuera del área, como lo hacían los del Cúcuta, bajo su dirección.
Hay que partir de la base también, de que los jugadores actuales no tienen la dimensión de los Valderrama, de los Asprilla y de los Rincón, sino que son jugadores de nivel medio, que les va bien en el extranjero porque tienen la compañía de un buen equipo que los respalda, como ocurre en Europa, el Brasil o la Argentina.
Y si una intención persiste en Pinto, la de irse siempre adelante, no lo están haciendo : se quedan en el medio campo cazando mariposas, como si se tratara de una imposición genética.
Y ya con Chile se rebosó la copa. Aquello parecía más bien una huelga de brazos caídos, o una operación tortuga como la que hacen los empleados de Avianca cuando no les suben los sueldos.
Nada funcionó, pues hasta el portero Julio, que había sito un portón en el área, ,no funcionó.
No sabemos porqué no se convoca a Totono Grisales, que es el único jugador que podía enderezar esta selección y sacarle del bache en que se encuentra.
Parece además, que la selección está reventada por dentro en un enfrentamiento entre jugadores y técnico.

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