viernes, 13 de abril de 2018

“LA LLAMADA DE LA TRIBU” DE VARGAS LLOSA

POR: RAUL PACHECO BLANCO.

La primera impresión, al empezar a leerlo, fue de decepción, pues esperaba un trabajo más articulado, como un estudio comparado de las ideas de los pensadores  que más habían influido en él, bajo el punto de vista filosófico  y político y en cambio escogió el camino más fácil que fue el de hacer una pequeña biografía de cada uno de ellos y a continuación destacar las ideas más relevantes.  Y también se tropieza con la forma como enfoca a Ortega y Gasset, que también fue mi maestro, sobre todo en la concepción de una fenómeno tan importante en el siglo XX como la irrupción  de las masas.

 Ahí Ortega se escachó y pecó de simplista al enfocar esa aparición de las masas, cuando el fenómeno desbordaba esa apreciación, pues nada más y nada menos se estaba llevando una revolución por cuenta de esas masas que no pedían representar una actitud aristocrática, como la enfocaba Ortega, sino vital, porque tenía que ver con su subsistencia y su papel en la historia.

Por eso a Ortega lo toman los alemanes más como sociólogo  que  como  filósofo. En cambio, deja por fuera el pensamiento ahí si filosófico cuando habla de la razón para la vida, que si vivimos una etapa para la razón, esta debe ser para encausarla y llevarla como guía en la interpretación o representación de la vida o de la circunstancia.

Me gustaron los capítulos sobre von Hayek y Popper, pues en dos patadas se va sobre el cuesco del pensamiento de uno y otro. Y quedo con la duda que principios como el de la moral y la tradición sean de estirpe liberal, cuando son más de estirpe conservadora, lo mismo que la religiosidad.

 Claro está que la diferencia esencial la tenemos  en la libertad de un  lado y en la autoridad, o más que la autoridad, el orden, del lado  conservador.

En lo demás, se pisan las mangueras, porque en el siglo XX con la aparición del socialismo, éste se adueñó  de la izquierda y para la derecha cogieron los partidos liberal-conservadores.

 Es una buena lectura en todo caso, para repasar cuestiones ideológicas y descansar en el caso de Vargas Llosa, de tanta literatura.

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