viernes, 25 de marzo de 2016

EL ESTADO ISLÁMICO



POR: RAUL  PACHECO  BLANCO.

 

Resulta muy aleccionador el libro de Víctor de Currea - Lugo sobre el Estado Islámico pues despeja muchas dudas con relación a la política del Medio Oriente. En primer lugar nos habíamos quedado con la teoría de Huntington sobre la lucha de las civilizaciones y el choque de las religiones para entrar a juzgarla. Y entonces sacábamos la conclusión de que el Islam se nos venía encima para acabar con la civilización cristiana. Y, más, cuando periodistas de todas partes nos hablaban de la primavera árabe como conquista de la democracia, para darnos cuenta luego que si caían los dictadores no era porque se imponía la democracia, sino regímenes de tipo religioso, en donde la democracia se encuentra ausente. Todo lo envuelve la cruenta lucha que sostienen chíitas y sunitas, los primeros seguidores de Ali, pariente de Mahoma y los segundos seguidores directos de Mahoma. Pero además, Currea hace ver los errores que han cometido las grandes potencias luego de las guerras mundiales, cuando armaban países a su antojo, así fueran viables o no, bien sea por razones religiosas  o étnicas, porque lo importante era armarlos a como diera. Es decir, lo mismo que sucedió con la antigua Yugoslavia, cuando fueron amontonados muchos países para entregárselos al mariscal Tito, quien en base a una dictadura férrea, mantuvo la unidad por lo menos mientras él vivía. En Irak, por ejemplo, lo formaron en base a Mosul, una ciudad de dos millones de habitantes, de mayoría kurda, para añadirle luego como capital Bagdad, de mayoría sunita y Basra al sur, de mayoría chiita. Es decir, todo un polvorín que en cualquier momento podía explotar. Cuando cayó el gobierno de Hussein Estados Unidos impuso un gobierno formado por chiitas y kurdos, que luego se dedicaron a combatir a los sunitas de Bagdad.  Esas las razones de la formación del estado islámico y que tiene como asiento territorial la región de Ebron, que es una tercera parte del territorio de Irak. Plantea de Currea la forma de combatir el estado islámico en base a cortar las ayudas que vienen de Arabia Saudita, no importar petróleo de Irak, apoyar a los refugiados, entre otras soluciones. Lo cierto es que resulta muy aleccionador el enfoque de Currea- Lugo para quitarnos de encima la satanización del islamismo, que a su vez sufre de la tenaz división que soporta entre chiitas y sunitas. Si se ha de dar la lucha de civilizaciones y de religiones, este no sería el caso.

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