viernes, 11 de marzo de 2016

UNA DIVISION ILUMINANTE



POR  RAUL  PACHECO  BLANCO.

 

Lo mejor que le ha podido pasar a la democracia colombiana, ha sido la división entre uribistas y santistas. No sé si al país también, pero lo que tiene que ver con la democracia nada más saludable que esta división para que entre unos y otros se fiscalicen y alejen la administración de tanta corrupción. Porque uno de los principales males de latinoamérica y aún del mundo, si nos atenemos al caso de la Fifa en futbol, es la corrupción. En Colombia después de la constitución del 91 no se ha podido establecer el juego gobierno y oposición, porque ahora nadie quiere estar en la oposición, sino en el gobierno. Lo importante es devengar. Y luego del Frente Nacional el país se acostumbró a un unanimismo que conlleva al saqueo del estado en medio de los abrazos de compadres. Con esta saludable división el país puede estar seguro de que muchas cargas se van a enderezar. Dígalo sino la captura del hermano del expresidente Uribe. Si no hubiera esta división seguramente no estaríamos a las puertas de una justicia que muerde y no que bosteza. Y si no fuera por el uribismo estaríamos ya entregados completamente a la guerrilla en su afán de incorporarse a la paz pero con todas las ventajas del mundo posibles. Y así podríamos seguir citando casos concretos en que esta división genera unos frutos no esperados por cierto, pero que le hace bien a la democracia colombiana. En el Congreso lo mismo, no hay necesidad de crear divisiones artificiales porque ya existe de por medio una división establecida y articulada convenientemente, para que en la legislación no se trague entero.  Entonces se sabe de antemano que existe una bancada que está con el gobierno y otra con la oposición. Así que ese esquema tan ambicionado y que no daba frutos, ahora los está dando. El país está tranquilo sabiendo que el jefe de la oposición es el expresidente Uribe, dado su temple de caudillo y con una bancada sólida que le obedece. Y el país sabe que las chuzadas, la yidis política, el paramilitarismo serán tratados con suma urgencia por el gobierno del presidente Santos y la justicia que también está metida en el cuento de la división. Todo esto es saludable. Ojalá que esta división perdure por muchos años para bien de la democracia y que ojalá se pacten unas reglas de juego para no desviarse y llegar a la violencia. Pero mientras tanto, bienvenida esa división.

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