viernes, 1 de abril de 2016

EL TRATADO MONTEALEGRE


 

POR: RAUL  PACHECO  BLANCO.

 

Quienes pensaron que el doctor Montealegre tenía agenda política propia, se equivocaron. Lo que parecía una sumisión total al presidente Santos chupando rueda cada vez que podía, no obedecía a un objetivo político, sino simple y llanamente a  su papel de doctor en derecho para tratar de poner bases jurídicas a los planes de paz. Su obsecuencia no era con el gobierno, sino con el derecho. Por el contrario y, eso sí se sabía, estaba dando tumbos por aquí y por allá si se analizaban con criterio político sus actuaciones, Se veía al rompe, que era un novato en estas actividades. Pero ese excelso jurista ahora se convierte en un mago y en base a una varita mágica convierte el derecho interno en derecho internacional. Y le concede  a las Farc un status de fuerza deliberante que le de alcance al derecho internacional . Y ya en ese nuevo nivel, se entre a zanjar los problemas en base a un tratado. Hasta donde sabíamos, los tratados se firmaban entre países, entre estados. Y esos tratados entraban a formar parte del bloque de constitucionalidad ¿De dónde sale entonces la connotación de país o de estado que se entraría a darles a las Farc  para que se firme con ellos un tratado?. Y que de una vez, entre a formar parte del bloque de constitucionalidad. Esto no se les había ocurrido ni a las Farc, quienes abogaban por una Asamblea Constituyente, pero no el status de fuerza deliberante. El exfiscal no solamente le otorga el status de fuerza deliberante, sino de estado, de nación. Nunca, ningún gobierno le ha dado esta característica, que podría abrir la puerta a una estructura jurídica más robusta. Solamente se ha llegado hasta la de reconocerle la calidad de fuerza política, que es precisamente la que le da la base jurídica para adelantar el proceso de paz y de llegar también a la búsqueda de un juzgamiento especial como el ideado hasta la presente con  la justicia transicional .Menudo aporte el que le da al proceso de paz el señor Exfiscal, cuando ya está haciendo maletas para salir al exterior, Esto implicaría un retroceso en todo lo hasta ahora trabajado desde la Habana, pues con esa solución se le daría patente de corso a cualquier movimiento guerrillero que de ahí en adelante se formara, porque de una vez sabe que todo terminará en la firma de un tratado y no en la modesta firma de la paz sin reforma constitucional.

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