POR: RAUL PACHECO BLANCO.
Los partidos políticos en Colombia se convirtieron en equipos de futbol donde sus candidatos son transferidos de uno a otro, mediante
complejas negociaciones. Ya el partido político no es la expresión de una ideología
y menos de unos principios sino una
empresa que necesita una gerencia fuerte que lleve adelante sus propósitos. Los
partidos políticos ahora fichan a sus
candidatos, establecen sus condiciones de negociación y se convierten en las
insignias electorales de esos partidos. Ya nadie nace y muere dentro de su
mismo partido. Eso quedó atrás, es
premoderno. Las épocas electorales se
convirtieron en temporadas de campeonato. Y cada partido aspira a colocar en
sus listas a lo mejor del mercado, fichando costosas figuras
para ganar la curul. Por ejemplo, el doctor Serpa Uribe decidió fichar al doctor Didier Tavera quien
pertenecía a Convergencia Ciudadana y
con el cual compitió por la gobernación en periodo pasado. Seguramente el
doctor Tavera se valorizó tanto, que
Serpa negoció su transferencia y lo
incluyó en la titular del liberalismo. A
su vez el doctor Tavera mejoró de partido. Y así sucesivamente. Y eso no obstante que se puede incurrir en doble militancia que podría anular cualquier intento de cambiar de partido. La
ley no alcanza a enervar la acción
dinámica de los políticos en trance de ser elegidos por partido distinto al suyo original. La definición tradicional de
partido, tal como lo quería Duverger, por cierto muerto recientemente en
Francia, que contemplaba los
siguientes elementos: una agrupación de
personas organizada entre seguidores y dirigentes, con una ideología y una financiación ya no tiene juego. La ideología salió del
mercado. Ahora es la chequera la que
funciona para hacer costosas contrataciones. Lo costoso se debe entender tanto
en términos económicos como políticos. Al candidato ya no se le exige lealtad
hacia un partido pues sobraría, ya que la salida está contemplada implícitamente,
pues dentro del mercado libre cualquiera puede echarle el ojo y la mano para
llevarlo a sus listas. Y puede suceder como en el caso de Falcao García, quien fracasó en el Manchester pero ahora tiene la
posibilidad de jugar con el Chelsea y esperar una buena temporada, por lo menos
mejor que la que acaba de pasar. El doctor
Tavera a su vez puede levantar vuelo hacia la gobernación, contando con que
despliegue una mayor calidad de juego del exhibido hasta ahora y que ha sido
muy bien calificado por el doctor Serpa Uribe al incluirlo en la nómina.
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