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LA POLITICA EN SANTANDER.
POR: RAÚL
PACHECO BLANCO.
Hasta hace muy poco
los dos partidos tradicionales,
el liberal y el conservador, mandaban la
parada en el electorado santandereano. Podía haber divisiones, pero dentro del
mismo partido y aparecían jefaturas nuevas, pero siempre dentro del marco
bipartidista. Pero a partir del nuevo siglo las cosas empezaron a cambiar,
irrumpieron dos dirigentes nuevos que no
se alineaban dentro de los partidos tradicionales. Así que por un
lado apareció Convergencia Ciudadana, liderada por Luis Alberto Gil y Santander en Serio liderada por el excoronel
de la Policía Hugo Aguilar. En un principio trabajaron unidos pero luego el
coronel se separó y continuó con su sola
corriente. Al ganar las elecciones para la gobernación, sembró con mucha
fortuna votos en las regiones de Santander, con pequeñas obras de infraestructura
y con visitas periódicas a sus feudos,
hasta ganarse la confianza de los antiguos electorados conservador y liberal. Convergencia soportó múltiples inconvenientes con acusaciones de
parapolítica y su gestor fue a parar a
la cárcel condenado por parapolítica y con la inhabilidad para actuar en
política. Inclusive llegó a cambiar de nombre y ahora se dice que fue vendido
el partido. Pero Aguilar se consolidó en
el electorado y luego de su gobernación también fue acusado de paramilitarismo
y fue encarcelado y condenado. Ahora
está de vuelta. Por su parte Horacio
Serpa libraba las últimas batallas del liberalismo para hacerse de nuevo al
poder y se allanó, como Manuel Fraga Iribarne, quien luego de ser candidato del
partido Popular a la presidencia de
España, se lanzó a la presidencia
de su provincia natal, Galicia, para acceder
al primer cargo de la autonomía gallega. Serpa llegó a la gobernación pero desde allí, perdió la sucesión. El coronel Aguilar le ganó con su hijo la
gobernación al candidato del partido
liberal. Así que la humillación que pasó Serpa con esta derrota es la que lo tiene en
plan de alianzas non santas con el fin
de revertir las cosas y recuperar el poder perdido. Porque el golpe fue muy fuerte. Que un gobernador en
ejercicio y representante del partido mayoritario en el departamento sea derrotado
por una fuerza nueva, ya de por sí es una catástrofe,. Y que el coronel Aguilar le ganara la gobernación
desde la cárcel, era otro golpe demasiado duro para un político tan curtido como Serpa. Por su parte el grupo de los Aguilar se dividió y el gobernador actual lanzó su propio candidato en la persona de Holguer
Díaz.
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