viernes, 24 de julio de 2015

LA POLITICA EN SANTANDER.


 
POR: RAÚL  PACHECO  BLANCO.

 
Hasta hace muy poco  los dos partidos  tradicionales, el liberal  y el conservador, mandaban la parada en el electorado santandereano. Podía haber divisiones, pero dentro del mismo partido y aparecían jefaturas nuevas, pero siempre dentro del marco bipartidista. Pero a partir del nuevo siglo las cosas empezaron a cambiar, irrumpieron  dos dirigentes nuevos que no se alineaban dentro de los partidos tradicionales. Así  que por un  lado apareció  Convergencia  Ciudadana, liderada por Luis Alberto Gil  y Santander en Serio liderada por el excoronel de la Policía Hugo Aguilar. En un principio trabajaron unidos pero luego el coronel se separó y continuó  con su sola corriente. Al ganar las elecciones para la gobernación, sembró con mucha fortuna votos en las regiones de Santander, con pequeñas obras de infraestructura y con visitas periódicas a sus  feudos, hasta ganarse la confianza de los antiguos electorados conservador  y liberal. Convergencia soportó  múltiples inconvenientes con acusaciones de parapolítica y su gestor fue  a parar a la cárcel condenado por parapolítica y con la inhabilidad para actuar en política. Inclusive llegó a cambiar de nombre y ahora se dice que fue vendido el partido. Pero Aguilar se consolidó  en el electorado y luego de su gobernación también fue acusado de paramilitarismo y fue  encarcelado y condenado. Ahora está  de vuelta. Por su parte Horacio Serpa libraba las últimas batallas del liberalismo para hacerse de nuevo al poder y se allanó, como Manuel Fraga Iribarne, quien luego de ser candidato del partido Popular a la presidencia de  España, se lanzó  a la presidencia  de su provincia natal, Galicia, para acceder al primer cargo de la autonomía gallega. Serpa llegó a la gobernación  pero desde allí, perdió la sucesión.  El coronel Aguilar le ganó con su hijo la gobernación al  candidato del partido liberal.  Así  que la humillación que pasó  Serpa con esta derrota es la que lo tiene en plan  de alianzas non santas con el fin de revertir las cosas y recuperar el poder perdido. Porque  el golpe fue muy fuerte. Que un gobernador en ejercicio y representante del partido mayoritario en el departamento sea derrotado por una fuerza nueva, ya de por sí es una catástrofe,. Y que  el coronel Aguilar le ganara la gobernación desde la cárcel, era otro golpe demasiado duro para un  político tan curtido como Serpa. Por  su parte el grupo de los Aguilar se dividió  y el gobernador  actual lanzó  su propio candidato en la persona de Holguer Díaz.  

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