POR: RAUL PACHECO
BLANCO.
Siendo casi un adolescente el hombre acompañó al comandante Hugo Chávez en todas sus andanzas antes y después de
llegar al poder en Venezuela. Es por tanto un chavista de escuela. Y quizá su
más aventajado alumno, pues a medida que se fueron quemando etapas en la
revolución bolivariana, se fue consolidando al lado de su jefe, quien sin
embargo no confío en él para nombrarlo como su sucesor y prefirió antes al ex
líder sindical y sindicado de ser colombiano, NIcolás Maduro para confiarle la constitución del gobierno. El, en todo caso, le guardó lealtad al jefe y fue el artífice del regreso al poder de Chávez, luego de la intentona mal planificada de Pedro
Carmona, quien a estas horas pasa el resto de su vida refugiado en Bogotá. Y
alrededor de él se fue formando una leyenda, a tal punto que lo involucraron en
el narcotráfico y le endilgan el título de jefe del cartel de los Soles, para
señalar que está compuesto por generales
del ejército de Venezuela. Y resiste toda clase de acusaciones , sobre todo de
los Estados Unidos, quien ya le tiene
montado el tinglado para un posible juicio, tal como lo hizo con el ex general
panameño Noriega.. Siempre se ha dicho que es el hombre fuerte del chavismo,
tanto por el arraigo dentro de las masas, como por la cantidad de poder que ha
venido acumulando con avances significativos sobre la burocracia. Maduro le
teme y de ahí que lo defiende a capa y espada, al punto de llegar a decir en lenguaje de
adolescentes, lo que es con Diosdado es conmigo. No se sabe mucho sobre su formación intelectual pero hasta el momento
no se le conocen ni ideas ni conceptos políticos que lo sitúen en el plano
ideológico. Tiene si una experiencia
grande en lo administrativo, pues ha sido ministro en varias carteras, y amplia experiencia política pues luego de hacer una larga travesía
por las fuerzas armadas se bajó al terreno
político y ha logrado escalar su puesto en la Asamblea nacional, el máximo órgano
legislativo de Venezuela, en donde ahora es su presidente. De ahí que es bueno
reconocer que en Venezuela no hay una dictadura de Maduro solo, sino una diatría
compuesta por éste y Diosdado Cabello, la cual cubre dos órganos
del poder público, ejecutivo y legislativo, además de absorber por otro lado el
judicial en donde han llevado gente de entera confianza para que la dictadura
se consolide.
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