domingo, 12 de octubre de 2014

ISABEL, NOVELA DE MARTIN MAUREL.

POR:  RAUL  PACHECO  BLANCO.

La publicación de textos de guionistas y libretistas es prácticamente la muerte de la literatura. Hacemos este comentario a raíz de la lectura de Isabel del libretista para cine Martín Maurel. No sobra decir que la investigación sobre la vida de Isabel la católica y de su marido Fernando es exhaustiva. Pero no tiene  respaldo  bibliográfico. Luego se trata, así no se diga, de una obra de ficción. Pero repito : se mata la literatura, porque allí el juego de la palabra no se tiene en cuenta, el perfil de los personajes no se penetra, no se interroga, no se desvela. Se prescinde de  la descripción, porque si bien es cierto en el siglo de oro de la literatura española, por ejemplo, se excedía en la descripción, sobre todo de paisajes, pongamos el caso de Peñas Arriba de José María  Pereda,  la novela posterior fue ganando en penetración de las diversas circunstancias humanas, en dejar que el relato fluyera con más naturalidad y la descripción se manejara como la brida de un buen jinete.  Aquí todo está subordinado a crear diálogos entre los personajes y  dejar que ese dialogo  lo domine todo. Como el éxito está subordinado a  la imagen, que ya no tiene que ver con el guionista o libretista, pues se abandona la descripción. A pesar de todos estos puntos en contra, si vale la pena leer el texto, pues se mete en la época de los  reyes católicos en una coyuntura de tanto interés para nosotros, como el descubrimiento de América por parte de Cristóbal Colón. Además de ponernos en antecedentes sobre la eterna lucha entre musulmanes, cristianos y judíos . Vemos la lucha interna entre Fernando e Isabel, quienes no pueden abandonar su papel de gobernantes de Aragón y de Castilla y ,de ahí que vienen  los inevitables roces, pero que ellos en medio del profundo amor que se profesan, salen adelante. El papel del pobre Colón paseándose por España, Portugal y Francia, para ver de dónde puede salir el descubrimiento y si nos es por la persistencia de Isabel  y de monseñor Hernando de Talavera, quien sabe por quién  hubiéramos sido descubiertos. La hipótesis de que hubiera sido Francia nos convoca a mirar las cosas con cierta frustración, ¿ o por el contrario, nos sentimos contentos con el legado de España, pues el de Portugal es muy parecido?. Pero Colón se salió con la suya y la plata que Torquemada quería  para instaurar la Inquisición se destinó para la conquista de América.  Vemos también cómo la Inquisición fue pedida por los monarcas, no impuesta por la Iglesia, pero con un  monje bien dispuesto para realizar ese papel como Torquemada, quien se diferencia de Talavera, un monje  más cristiano que el inquisidor. Nos llamó también la atención la insurrección de los siervos catalanes contra sus señores, los nobles, pues ahora esa misma situación la está viviendo España con Cataluña, pero ya no por la insurrección de los solos siervos sino del gobierno del partido de Mas y de Jordi  Pujol, quien ahora tiene cuentas con la justicia..

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