viernes, 8 de febrero de 2013

EL CONSERVATISMO COLOMBIANO Y LA SUERTE DEL LIBERALISMO DEL REINO UNIDO.


 

POR:  RAUL  PACHECO  BLANCO.

Al partido conservador  colombiano le puede pasar  lo mismo que al partido liberal del Reino Unido : desaparecer de la escena política luego de ser junto con el partido conservador los partidos mayoritarios  y los  ejes determinantes del juego democrático, alternándose en el poder por muchos lustros.

El partido liberal del Reino Unido había sido creado por Lord Palmerston en 1859 cuando los viejos whisgs se fusionaron con las demás fuerzas liberales  para crear el partido liberal . Y durante más de un siglo se disputaron con el partido conservador, heredero de los viejos tories , el poder del  Reino Unido. Pero ese partido liberal así  conformado fue languideciendo ante el avance del partido laborista, quien prácticamente lo fue desplazando de esa posición política  de izquierda hasta liquidarlo. Los restos en todo caso se unieron luego a los socialdemócratas y crearon en 1.988 el partido liberal democrático, que solamente se ha mantenido a base de papeles de relleno, para hacer coaliciones, bien con el laborismo o con los conservadores, para tratar de morder algo de poder. Es por lo tanto, un partido residual que perdió la antigua trascendencia. Esto le puede pasar al partido conservador colombiano que de ser uno de los ejes de la política colombiana desde el siglo XIX ha ido perdiendo tanto terreno, que hoy se encuentra asumiendo el papel de dama de compañía de quien llegue al poder, sea cual sea: bien el expresidente Uribe o  bien el presidente Santos. Al partir cobijas el expresidente Uribe y el presidente Santos, los conservadores de quedaron de uno y de otro lado. Con Uribe se fueron Alfredo Ramos, Martha Lucia Ramírez, Laufourie, Enrique Gómez Hurtado, Mariano Ospina Hernández, Ignacio Valencia, entre otros. Mientras con Santos se fue la mayoría de la bancada conservadora, el directorio actual y los ministros como Rodado Noriega, Echeverri, Juan Camilo Restrepo y no sabemos con quien se encuentre el grueso del partido conservador. Lo cierto es que está  en la encrucijada porque el estado mayor se dividió  y se partió  en las dos vertientes. Entonces no hay bríos suficientes como para tratar de formar una tercería y enfrentar tanto a uribistas como a santistas. Ahí se presenta la alternativa  hamletiana  de ser o no ser. Bajarse del gobierno e irse en una fuerza independiente no está en los planes del directorio ni de los altos funcionarios conservadores. Encontrar un candidato presidencial de unión que aglutine todas las fuerzas es difícil encontrarlo precisamente por  la polarización entre santistas y uribistas. Luego todo parece indicar que cada quien se irá con la fuerza de su preferencia, bien sea uribista o santista y el partido conservador se encontrará en la misma situación en que se encontró el liberalismo del Reino Unido y que lo constituyó en un partido marginal, residual, como para armar coaliciones. Se convierte pues, en un partido coalicionista.

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