viernes, 18 de enero de 2013

LA EVOLUCION DEL CONSTITUCIONALISMO LATINOAMERICANO



 

SIGLO  XXI.

 

POR:  RAÚL  PACHECO  BLANCO.

 

Nuestro constitucionalismo latinoamericano es demasiado volátil. Está sujeto al vaivén de las políticas o políticos de turno, de tal manera que difícilmente una constitución aguanta un par de años sin una enmienda. Hay un inmediatismo constitucional  que no permite la distancia, la proyección a largo plazo, sino el crear una herramienta para hacerla más manejable, más dúctil.

Claro está que hay algunas cuyas estructuras se conservan, como es el caso de la argentina, la mexicana, la costarricense, para citar algunas, fruto la segunda  de ellas de la revolución de principios del siglo XX.

Pero lo más grave de todo es que no se cumplen, o se interpretan al acomodo de los poderes de turno. Sin embargo, es interesante ver la evolución que ha tenido nuestro constitucionalismo, siguiendo el corte mundial, a la medida de los grandes acontecimientos políticos que han dado lugar al cambio de instituciones.

La evolución la podemos notar siguiendo las coordenadas de un estado de derecho en tránsito hacia el estado social de derecho, fruto de las constituciones europeas, fundamentalmente de la alemana, la francesa y la española, que son material  de estudio para ponerle piso a nuestra evolución y que han servido para aliviar  el destino de nuestras clases menos favorecidas.

El paso también de una democracia representativa a una participativa , que por cierto no ha funcionado lo suficiente por los altos costos que implica el hacer elecciones para cubrir las áreas de plebiscitos, revocatorias de mandato, consulta popular, referendos, etc.

Los mecanismos de protección de los derechos que han acercado a las gentes hacia algo que antes se consideraba muy lejano, como es el caso del derecho de petición, el derecho de amparo o   tutela.             .

Esa ha sido la conquista más grande que se ha obtenido porque antes los derechos se quedaban escritos pues en la práctica no se daban.

Otro aspecto interesante es el escogimiento  de una sola cámara para romper el bicameralismo que siempre ha existido, pero que ahora, por  razones de economía procesal digamos o por motivos de concentración del poder político, se ha reducido a una sola cámara, abandonando el esquema británico de las dos cámaras , como es el caso de Venezuela.

El presidencialismo es el plato fuerte de nuestro constitucionalismo, pues a través de él ha girado nuestra historia, a tal punto, que Latinoamérica es conocida por ese tipo de presidencialismo concentrado que se impone a lo largo y ancho de Latinoamérica, con la excepción de Haití, pues  dada la  influencia francesa, acogió  el semi -presidencialismo de la quinta republica francesa.

Y dentro de ese presidencialismo  articulado, cuando el presidente es quien nombra a los gobernadores y estos a los alcaldes, en el desarticulado es el pueblo el que define quienes son los gobernadores y los alcaldes.

Otro de los debates fuertes en nuestro constitucionalismo, lo constituye la función que están cumpliendo las altas cortes, bien sea a través de las cortes supremas de justicia o de los tribunales o cortes constitucionales, que han equilibrado un tanto el desmedido poder del ejecutivo. Es lo que se ha llamado el gobierno de los jueces y que través de sus sentencias producen derecho paralelo a la constitución, o tratando de interpretarla. Se ha avanzado de las  simples salas constitucionales  dentro de la Corte Suprema de Justicia,  a la Corte Constitucional con todos sus poderes.

Este paso también se nota al evolucionar de las contralorías, como órgano de control, a la Corte de Cuentas, judicializando una labor tan complicada como esta y que está en la vena de la corrupción que soporta tanto el estado como la sociedad.

Lo mismo ocurre con el sistema electoral donde los tribunales electorales están reemplazando  a los consejos electorales que son de orientación partidista y que le quita imparcialidad  a un proceso tan delicado como el electoral.

Los partidos a su vez han sido reconocidos por la constitución y sobre todo, el Estado le ha puesto el hombro para lograr su financiación tanto en la organización diaria , como en elecciones.

Pero aquí es donde más le meten la mano los políticos para acomodar las normas  a las necesidades de los partidos y sobre todo, del turismo de partido, pues como ahora  los partidos no tiene  la consistencia de  antes, basada en la ideología, se convierten en flor de un día, con el consiguiente transfuguismo, como ha sido llamado en algunos países.

La parte económica de la constitución nos deja ver la influencia de un estado de bienestar , pero a su vez  cruzado  por un neoliberalismo que se refugia en la independencia de la banca oficial, tratando de superar el influjo político para que sean las medidas técnicas las que se impongan y en la búsqueda de una estabilidad  económica en la lucha contra la inflación.

 Pero ese estado de bienestar o estado social de derecho ha logrado que grandes masas populares hayan abandonado la pobreza, ampliando el espacio de las clases medias que han sido el motor del desarrollo.

En cuanto a la salud, la vivienda, la educación, han sido factores importantes en el crecimiento de la América Latina que hoy en día se encuentra en mejor situación que una Europa en crisis, con la salvedad de Alemania.

Otro tema que trata con mucha dedicación el constitucionalismo latinoamericano, es el de los indígenas, a tal punto que la constitución de Bolivia es la expresión de ese pueblo indígena que antes no se había asomado a las instituciones y que ahora, en cabeza de Evo Morales, maneja el estado.

 Las consultas con  estas etnias, tanto en el aspecto cultural como en el económico y social  corrige una ancestral injusticia  con ellas, a las cuales siempre se les quiso despojar de sus tierras, de sus resguardos, de sus lugares sagrados, de su ciencia empírica, envolviendo muchas veces propósitos turbios en propuestas atractivas.

De ahí que la propiedad solidaria, como caja de resonancia de esa economía indígena se le da mucha cobertura. Lo mismo podemos decir de las constituciones de Ecuador, Perú, Guatemala y México, que son los países con mayor población indígena.

La reforma constitucional se ha democratizado, pues antes las constituciones solo permitían que el legislativo reformara la constitución. Ahora, con la incorporación de la democracia participativa, se le dan al pueblo los mecanismos del referendo o la asamblea constituyente. Y la posibilidad de que por firmas se pueda llegar a la enmienda. Esta es una de las consecuencias pues, del paso de la democracia representativa a la participativa.

Desgraciadamente esta herramienta ha vuelto a quedar en manos de los congresos y de ahí que cada nuevo gobierno que se respete, reforma la constitución para hacerle juego a la política menuda, por medio de los actos legislativos  o como veíamos atrás, con la ley habilitante del presidente Chávez.

Esta herramienta debiera ser privilegio exclusivo del pueblo, para evitar la inestabilidad  que propician los congresos con esa política inmediatista.

No hay comentarios: