viernes, 7 de diciembre de 2012

EL VERANO DE LA ROSA SERPISTA


POR:  RAUL  PACHECO  BLANCO.

Era una noche de  verano. Hacía calor, pero el escenario a cielo abierto, dejaba correr al menos el aire, que no el viento. Se respiraba un ambiente de fiesta. Pero dentro de una gran paradoja : se reunían los amigos de Horacio Serpa a celebrar la aparición de su libro sobre los años de gobierno en Santander. Se trataba de un político triunfador, como que lo había sido todo : parlamentario, jefe de partido, Procurador, Constituyente, embajador. Pero con un pero grande, que no había sido presidente. Esa era la gran paradoja, un político triunfador, pero con la frustración del último peldaño. Escogió  muy bien para la presentación al exgobernador del Atlántico Eduardo Verano de la Rosa, quien cautivó al auditorio con ese humor de buena ley que acompaña a los costeños y  les permite meterse en camisas de once varas sin que por ello se enreden  y salen airosos.

Se metió  en la vida de Serpa ,para unir las tres rosas :  la rosa de su mujer , la  de su madre y la rosa de la socialdemocracia, y, le agregó una cuarta : la del  verano de la rosa, .Abundó en la  ideología socialdemócrata, en la visión de un país de regiones, que seguramente lo impulsarán como candidato presidencial de la Costa toda.  Dejó la sensación de un  hombre equilibrado, serio, con caminos definidos. Y luego Serpa se tomó  la palabra y habló  de  su obra de gobierno, nos abrió las paginas del libro que todos íbamos a recibir esa noche.  Nos explicó por qué no había sido presidente. Sencillo : porque no se hizo a los servicios de un técnico gringo experto en elecciones. Cuando él le llevó un legajo lleno de programas socialdemócratas, el gringo le puso cara de griego y le preguntó que eso para qué servía. No servía para nada. Y Serpa tuvo que devolverse para su patria con la ideología debajo del brazo. Y sin  asesor gringo, no hubo presidencia.

En su intervención también anduvo   por diversas etapas de su vida , pero fundamentalmente sobre su obra en  la gobernación .  De paso le hizo un homenaje a Hugo Serrano Gómez quien fue el retador de  Serpa de venirse a la provincia, como ya lo había hecho  Manuel Fraga Iribarne en España , de irse a Galicia para ser presidente de la autonomía galega, cuando fracasó  en su empeño de ser presidente de España. Por cierto que Hugo fue el cirirí del coronel Aguilar, pues durante todo su gobierno lo  enfrentó hasta que se murió. En tanto que Serpa no contó con oposición, pues como buen político se echó al bolsillo la asamblea y ella no dijo ni mu.  Ya se hacía noche y Serpa estaba ansioso de entregar su libro. Como la exposición fue en tono menor, tenía entre pecho y espalda un vibrato que se le salió  por fin al terminar. Sus amigos luego se fueron sobre él y la cola se hizo larga para recibir el libro. Serpa mientras tanto nadaba  en el mar de brazos y luchaba por firmar en el aire las dedicatorias.

Y  un  conjunto musical hacia todos los esfuerzos posibles para hacerse sentir, en medio de aquella euforia serpista como si se tratara de una campaña política. Ya era noche.  

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