viernes, 7 de diciembre de 2012

EL MANEJO POLITICO DEL FALLO EN EL MARCO DE LA REELECCIÓN


 

POR: RAUL  PACHECO   BLANCO.

Desde el primer momento el presidente mostró su indignación. Era el primer paso. Lo mismo hizo la señora canciller. Más bravos para dónde. Había que calmar un tanto la rabia de los raizales de San Andrés y sobre todo, de los pescadores. Y hacia allá se fue el gobierno con cara de barco guerrero, jugando con la palabra desacato ,como mascarón de proa. Los isleños algunos se comieron el cuento y otros no. Pero había un problema muy tangible e inmediato, que era el de  garantizarle la  pesca a los raizales en los territorios que se acababan  de perder.

Sobre eso se habló duro y parejo, pero les aguó un tanto la fiesta el presidente de Nicaragua, quien con cierto tufillo triunfalista garantizó esa pesca para los pescadores colombianos.  Otros isleños empezaron a pensar en otras soluciones: convertirse en una especie de Puerto Rico, como estado libre asociado, que es el status que Puerto Rico ostenta.  Pero al mismo tiempo empezaron a conocerse los resultados de las encuestas de opinión que ya captaban el movimiento de la misma y el presidente se vino a enterar del gran bajonazo experimentado, más, cuando el proceso de paz, perdía igualmente credibilidad.  El Presidente entonces tomó el toro por los cuernos y se fue para México, tanto a la posesión de Peña Nieto, como a entrevistarse con Daniel Ortega, el duro jefe sandinista.   Haciendo de tripas corazón, tanto uno como otro mandatario, se dijeron lo mejor, consideraron que por lo menos a la guerra no se iban. Y el presidente Santos seguía manejando  el verbo desacatar, con   destreza , es cierto, porque si bien la palabra se expandía, cuando cogía vuelo el presidente sentenciaba : hasta tanto no se garanticen los derechos de los pescadores isleños. Luego el desacato no era tajante, pero daba la impresión de serlo y sobre todo, con tono patriotero, férvido e hinchado. El problema, bien manejado, podría ser superado. Y analizando otro frente,el Presidente volvía a ser tajante en cuanto al plazo señalado para la paz con las Farc : solamente iremos hasta noviembre del 13. Ahí cortamos. Y estaba en lo cierto, porque a partir de ahí tiene que inscribirse como candidato para la reelección  y entra en firme la campaña presidencial. Luego no había vuelta de hoja.  Y como avezado estratega, el Presidente sabe que si el proceso llega a funcionar, pues santo y bueno. Pero si no funciona, también, pues ahí se romperían las conversaciones. El presidente se pondrá más  bravo que nunca y amenazará a las Farc con tierra arrasada . Con eso toma impulso y le quita la bandera al Uribismo que ya se había montado en la cresta de la ola, como los voceros de la opinión en materia tan grave como la del territorio.

Se empezaría el año anunciando las buenas relaciones con Nicaragua, la aceptación del fallo y el término de las conversaciones con las Farc.

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