jueves, 23 de febrero de 2012

OTRA EPOCA.



POR: RAUL PACHECO BLANCO.

No hay duda de que estamos en otra época. Antes se dificultaba hasta crear un equipo de fútbol, un colegio, un partido político, un movimiento político. Pero en todo caso, se creaban. Y en cambio nunca se pensaba en crear o fundar una religión . Ese era un territorio vedado. Ya se nos había inculcado a los católicos que las personas más malas habían sido Lutero y Zwinglio, lo mismo que Calvino y se anatematizaba a todo aquel que hubiera intentado hacer competencia, o por lo menos denunciar algo dentro de la iglesia . Y crear una iglesia no cabía en la mente de nadie. Para eso se necesitaba o ser un Dios, o por lo menos un Jesucristo, un Mahoma , o un Buda. Y esos aparecían solo muy de vez en cuando, en épocas de cosecha de mesías. Y se miraba con admiración a quien fundara una empresa, como los Ford en Estados Unidos, o los Rothschild en Alemania, en fin. O los que creaban un partido político, como Perón en Argentina o Haya de la Torre en Perú. ¿ Pero una religión?.
Sin embargo los tiempos fueron pasando y nos fuimos acostumbrando a que llegaban gringos con cara de profetas que con sus dólares empezaban a manejar la industria de las iglesias. Y lo que ayer era estigmatizado con piedra inclusive, ahora se acogían porque significaba una mejora en el bienestar de la gente, bien desde el punto de vista espiritual como del material. Los pastores gringos llegaban con plata, con dólares y difundían la doctrina del éxito económico, contra la tradicional de origen católico en que no importaba ser pobre con tal de que entrara al cielo, mientras que un rico no podía aspirar a entrar al reino de los cielos Recordábamos aquello de ser más fácil que pasara un camello por el ojo de una aguja, que un rico en el cielo. Y así por el estilo. Y se exageraba la nota : veíamos que en Estados Unidos un grupo de seguidores de un pastor se inmolaban todos ellos, para pasar de este mundo al otro, creyéndole al pastor el mensaje de ese nuevo Mundo anunciado para otra vida. Y santo y bueno. Lo que si no habíamos experimentado era que una connacional fundara una iglesia, que le diera nombre, que empezara a difundir sus prácticas, que prendiera el mensaje y que pasara por muchos países. Eso era inédito,. Ahora vemos que es lo más natural del mundo y como si se tratara de una líder política, o de un nuevo producto en el mercado nacional, apareció una señora fundadora de una religión que ya cuenta con más seguidores que los exigidos para un renglón de senado. La señora Maria Luisa Piraquive de Moreno, oriunda de Chipatá, se constituye en una sacerdotisa que ya ha escalado los peldaños suficientes para constituirse en redentora. Porque ese es el mensaje de la religión : la redención. La señora Piraquive de Moreno ya se ha dado el lujo de darle vida a esa religión, como la de impulsar la carrera política de su hija, la senadora Moreno Piraquive, envuelta por cierto en los hervores dela parapolítica. Todo esto nos indica que estaos en otra época. Que ya el tiempo ha cambiado, que los fenómenos de ayer no son los de ahora, que los partidos políticos no son los que mandan la parada, sino las iglesias : las nuevas iglesias. Pura postmodernidad.

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