domingo, 5 de febrero de 2012

LA ORATORIA POLITICA EN CARME CHACON Y RUBALCABA



POR: RAUL PACHECO BLANCO.

Tal vez le faltaba escuela a Carme Chacón, la candidata socialista a la jefatura del partido, porque si bien es cierto, la gente se emocionaba cada vez que ella elevaba el tono de la voz, sin embargo le salían unos gallos de muy señor mío, lo cual dejaba ver la falta de oficio en tema tan delicado como este de la comunicación con el público. Los periodistas españoles se quejaban de esa “ gallera”, pero no sabemos si por el solo hecho de elevar la voz, o porque no tuvo la fortuna del cantante de alcanzar la plenitud de sus capacidades cuando se le exige más de la cuenta.. Sería interesante saber qué efecto tendría en ese auditorio de reciento cerrado, pero muy amplio, del escenario español, si el que estuviera allí fuera un Jorge Eliécer Gaitán, quien se entrenaba como un cantante en la modulación de la voz, que cubría tanto la parte técnica, como la parte física, para que los pulmones también entraran en el juego y cumplieran su objetivo.
En cambio, Rubalcaba, su adversario, cifraba todo su interés en no sobreactuarse, en ser lo más natural posible. Quizá buscando proyectarse más como estadista, que como político populista, de corte latinoamericano. Así que se ve cómo la oratoria ha cambiado de estilo, de perspectiva, ya no importa tanto el gesto, el énfasis, sino las cosas dichas con la mayor desenvoltura del mundo, sin stress, alejándose del modelo que conoció el mundo en las épocas de Mussolini y de Adolfo Hitler en donde contaba tanto la voz como el ademán, lo rotundidad del gesto como las modulaciones de la voz, el tono exaltado y aún el frenético. Quizá Rubalcaba ha querido dar la sensación de que es más bueno para el gobierno que para las escenas de teatro, que le gusta más lo que dice a como lo dice. En tanto que para Carme lo importante era la forma de decirlo y me atrevo a señalar que se comunicó con la gente, que alcanzó a compenetrarse con su auditorio. De tal manera que la derrota no se le puede achacar a ese discurso, sino a otras circunstancias, que bien pueden ser el trabajo previo con los delegados, la negociación con ellos, y no el simple efecto de las intervenciones de los candidatos. Y eso que Rubalcaba tiene que despegarse un tanto de la imagen que proyecta , desaliñado, con una barba de varios días, sin corbata, encorvado, es decir, lo menos parecido a un líder y menos a un caudillo. Si algo refleja la crisis del socialismo en España es ese desaliño de su nuevo jefe, de su nuevo líder, que no tiene el talante de Felipe González ni de Rodríguez Zapatero, quienes son muy cuidadosos con la imagen y por lo menos se afeitaban la barba. Y sobre todo, que sale del mismo gobierno que ha provocado la crisis que actualmente vive España, o para ser más justos, que acaba de soportar las consecuencias del despelote español luego de una época de consumismo cuando todos se sintieron ricos y echaron la casa por la ventana.

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